Tantos días dolorosos, que hasta a ti verdugo te llega el momento en que se te devuelve todo el dolor que le causas a las demás personas.
Tus palabras duelen.
Tus caras duelen.
Tus burlas aun más.
Y me sigo preguntando ¿Por qué me sigue importando lo qué pienses o digas de mí? Si lo único que me haces es daño.
No te odio, eso jamás lo verás en mí. Te perdono por cada día que me hiciste llorar y por lo que me hiciste aprender para hacerme mas fuerte.