Adolescentes en conflicto, como lidiar con ellos sin morir en el intento...

Sin duda alguna, la adolescencia es la etapa más difícil del ser humano, están algo así como en un “ mundo paralelo” donde quieren tomar decisiones y actuar como adultos pero sin las respectivas consecuencias, aferrándose a la protección y comodidad que brindan los padres y reaccionando con rebeldía o crisis de llanto sin motivo aparente.

Básicamente su comportamiento dependerá de la forma de percibir la realidad, por lo tanto, como padre o adultos cercanos a la vida de un adolescente en conflicto, debemos tratar de comprender e involucrarnos (no demasiado) en su mundo e intentar ver y reaccionar desde su perspectiva, recordemos que también pasamos por esa etapa, aunque no hayamos sido rebeldes, y estuvimos en situaciones similares.

Hay que dejar a un lado las causas o factores que originaron la crisis de rebeldía, no se trata de olvidarlo o restarle importancia, se trata de centrarse en superar el momento evitando empeorar la situación, ya que en ocasiones agrandamos el problema y generamos mas angustia, pudiendo conllevar a desenlaces más graves.
Se trata de hacerle ver la realidad con la que está lidiando desde otros puntos de vista, mostrando escenarios similares que otras personas hayan vivido y como lo enfrentaron, siendo muy objetivos, pacientes y amorosos, sin perder la calma ni el equilibrio emocional, sabiendo que, no todas las situaciones se pueden resolver de la misma manera.
Muchas veces se ven casos de profesores y padres frustrados luego que haber utilizado distintas estrategias para ayudar en el comportamiento de un adolescente en conflicto, incluso pueden llegar a etiquetarlo, pensando que se trata de un caso perdido, nadie dijo que esta tarea sería fácil, pero cuando se trata de un hijo o un estudiante, hay que hacer el mayor esfuerzo en buscar la mejor solución con el menor impacto posible.
Lo primero que hay que hacer es crear un equipo sólido de apoyo al adolescente, padres, profesores, psicólogo y adultos cercanos, que se reúnan periódicamente para establecer estrategias en común, compartiendo experiencias y desarrollando ideas que ayuden a mejorar su comportamiento.

Andrea Fiorenza, psicólogo y psicoterapéuta italiano, propone estrategias breves que podrían parecer contrarias a lo que comúnmente se espera, haciendo reflexionar al adolescente y darse cuenta que su conducta es irracional. Por ejemplo si se trata de un adolescente sin interés por por estudios, en vez de forzarlo a estudiar por largas horas, obligarlo a estudiar solo por 15 minutos al día, o exigirle a una adolescente que le gusta vestirse de forma insinuante, usar el brassier por fuera. Estas estrategias, aunque parecen absurdas, hacen que el joven utilice la lógica para poner en perspectiva su comportamiento inadecuado, sin embargo, el adulto debe establecer un equilibrio entre ejercer la autoridad y ganarse la confianza, este balance es de vital importancia para evitar reacciones adversas a lo deseado.
Otra estrategia fuera de lo común es premiar o reforzar positivamente al adolescente por su conducta disruptiva, causando en éste asombro por esta respuesta inesperada de los padres, haciéndolo restarle importancia a su comportamiento ya que no logra la reacción esperada.
Todos tenemos una habilidad, algo que nos gusta que no siempre está relacionado con lo académico, los padres y otros adultos que rodean al adolescente, deben mostrar interés y apoyarlo, claro si se trata de algo que no ponga en peligro su vida, a fin de ganar su confianza y eventualmente retomar comportamiento esperado.

En otras ocasiones, es muy común que los padres pretendan presionar a sus hijos a cumplir las metas que ellos no lograron, forzándolos a cursar carreras o realizar actividades culturales y deportivas que no son del interés del adolescente, lo que conlleva a enfrentamientos y conductas aversivas o apáticas.
Es necesario comprender que los hijos tienen sus propios intereses, gustos y potenciales, hay que involucrarse en sus actividades, mostrar empatía y tolerancia, en donde el diálogo es la llave que abre puertas, convirtiéndose en una herramienta indispensable, logrando resultados exitosos a mediano y largo plazo.