Rabia, El libro prohibido de Stephen King

¿Alguna vez han leído un libro prohibido? En la historia humana se han prohibido demasiados libros, ya sea por cuestiones religiosas, ideologías, mitos y brujería o incluso un libro para niños al mejor estilo de Narnia, La Brújula Dorada era el libro estuvo prohibido un tiempo (libro que recomiendo también, si eres amante de la fantasía y de la aventura, así como yo). Algunos estuvieron prohibidos por su contenido sexual, y otros, como ahora pasa con los videojuegos, fueron prohibidos por contener temas que incitan a la violencia, como es el caso de Rabia, un libro de Stephen King que habla sobre un tiroteo a una escuela.

He hablado antes de Stephen King, y es que no por nada es uno de mis escritores favoritos. A pesar de tener un estilo muy bien marcado en cuanto a la fantasía macabra, por relatos como Cujo, It, Carrie y muchos otros, también tiene libros que son muy realistas y hablan más de la psicología de sus personajes que sobre la mitología de los mismos. Estos libros son para mí, mis favoritos, porque me encanta pasar páginas y páginas leyendo el cómo piensan sus personajes, para así tratar de intuir que pasará en el relato gracias a la psique de cada uno.

Rabia fue escrito y publicado en los 70’s, y poco después de ser publicado fue prohibida su venta porque según los medios, incitaba a los adolescentes a hacer un tiroteo en su escuela. Esto es debido a la trama, la cual obviamente nos muestra a un protagonista que lleno de ira, secuestra a todo un salón durante todo un día de clases, matando a un profesor y creando entre sus compañeros de clases un síndrome de Estocolmo.

Desde el principio Stephen King nos muestra que nuestro protagonista, Charlie Becker, tiene problemas de ira, pues el prólogo del libro habla de un incidente que tuvo el chico semanas antes de lo que pasa en el libro, cuando Becker golpea a su maestro con una llave inglesa. Después de eso, le muestra el miembro al director y así, casi teniendo un ritmo muy marcado, se nos van mostrando cosas que nos hacen entender que Becker no es un chico normal.

Cuando leí este libro, lo leí por recomendación, y recuerdo perfectamente que me dijeron “oye, es un libro con relleno”. Antes de leer el libro no entendía a que se referían, pero luego caí en cuenta: un capítulo del libro puede terminar con Becker apuntándole en la cabeza a un compañero de clases, para que el siguiente capítulo nos relate lo que pasó años antes en una fiesta que parece no tener relevancia en la historia. Parece, porque dentro de ese gran relato sobre una fiesta o una salida al campo, hay pequeños diálogos o acciones que son razón suficiente para un trauma, para hacernos empatizar con Becker y darnos cuenta de que muchas cosas en su vida no estaban del todo bien.

En poco más de novena páginas, Stephen King no solo nos muestra parte de la vida de Becker y nos da un ambiente de tensión increíble entre Becker, sus compañeros, y la policía afuera de la escuela, sino que también, mediante a juegos que hace el mismo Becker, crea un ambiente de caos dentro de cuatro paredes dónde los estudiantes no solo no quieren apartarse del “espectáculo”, sino también quieren ser parte de él, molestando a los demás compañeros para ver cómo reaccionan ante la situación de vida o muerte que llevan en sus hombros.

Un libro que se lee en una sentada. Se lee en pocas horas y no es por lo corto, es porque de principio a fin te atrapa, no solo porque quieres saber si Becker se sale con la suya, a cuantas personas va a matar o si va a terminar la situación en suicidio. Te atrapa también porque el ambiente de caos se vuelve cada vez más grande, como si este fuese una bomba de tiempo, todo se vuelve peligroso, al punto tal de que Becker, siendo el único personaje con un arma de fuego, llega en puntos a ser el más inofensivo de la historia.