Nos encontramos ante otro regreso en el tiempo más, al tiempo de los ochenta. Una buena metáfora sobre nuestros constantes viajes en el tiempo a esta década por medio de series como Stranger Things y toda la nostalgia en la industria del cine, la música y la moda. También sirve como recordatorio de los viajes en el tiempo que se hacían en esta década por medio de un DeLorean.
Recuerda en el tono, en el diseño de producción, en la ambientación y hasta en la intro, a esa primera temporada de True Detective que nos maravilló a todos con su oscuridad y misterio.
Algunas veces hay reminiscencias a Twin Peaks o Stranger Things, pero sólo por cuestiones propias de una formula seguida con disciplina. Ya he comentado antes la relación de la pequeña comunidad humana rural y el inhóspito bosque. Las comparaciones que se suelen hacer en los foros entre las tres, resultan hasta triviales. ¿Acaso toda serie con cosas “extrañas”, un niño desaparecido y una zona boscosa deben ser referentes entre ellas? Si pensamos en su referente, sólo es prudente referirse al primero de todos, y este se encuentra bastante lejano a la época del cine y la televisión.
A veces el tono confunde. Sobre todo cuando nos encontramos en las escenas de los adolescentes en el tiempo presente. Yo desconocía que en Alemania tenían los mismos clichés del teenager que asiste al high school al igual que en las series y películas norte americanas. En ocasiones las actuaciones en lo general se salen un poco del tono y nos recuerdan a esas actuaciones televisivas de series de formula de cadena gringa como CSI o algún drama policiaco barato por el estilo.
La edición y la narrativa son por lo menos interesantes. Hay muchas escenas pretenciosas que explotan al máximo la calidad cinematográfica del uso de la cámara, la composición y la fotografía tan buena que la serie nos ofrece. Otras escenas parecen no tener sentido, aunque minutos más tarde lo encuentran, producto de la manera en que se nos cuenta la historia. Otras escenas nunca cobran sentido y parecen que sólo son excusas para tirarnos en la cara a los espectadores el discurso de que la serie es muy oscura y no nos quepa duda de eso. Muchas situaciones suceden porque sí, porque es lo que toca, porque si no la trama general se vuelve absurda. El uso que hacen de los ruidos misteriosos y tensos, y en ocasiones incluso de la música, llega a ser en algunos momentos insoportablemente tedioso. En pocas palabras, a veces la serie peca de pretenciosa, pero no de una manera inteligente. Como amante que soy del cine pretencioso, rebuscado, contemplativo y rico de significantes, puedo decir que la serie se queda corta cuando intenta vendernos esa cara. Desde que al inicio del primer episodio te colocan en pantalla una frase de Albert Einstein, gran parte está dicho.
Aunque hay algunos personajes bastante interesantes, con un buen trasfondo y un buen desarrollo, como es el caso de Hannah o de Ulrich, también encontramos otros personajes bastante estereotipados o cuando menos en situaciones que lo son. Por lo general las historias que nos cuentan sobre los personajes más jóvenes son completamente imprescindibles, con situaciones inverosímiles y con personalidades de dimensiones muy pobres.
Tampoco me podía quedar sin mencionar los grandes errores de continuidad y coherencia que se cometen capitulo a capitulo. Y no lo digo como persona que suela ser minuciosa en ese aspecto, pero llegan a ser de tal magnitud que cuesta pasarlos por alto.
El misterio de nuevo se desenvuelve por una entrada oscura al interior de la tierra. En este caso es una cueva. Pero ya nos ha tocado ver con anterioridad que sea una mancha de aceite en Twin Peaks para entrar a la logia, o todo un sistema de túneles en Stranger Things. Hace poco, incluso, encontrábamos la fuerza en bruto, de Star Wars, en un sitio similar. Al igual que en las series mencionadas, el evento de crisis vuelve a alterar lo que en apariencia es un tranquilo lugar lleno de gente ordinaria. Pero la desaparición de un niño o la muerte de un adolescente se convierten en el leitmotiv para llevarnos a los espectadores de la mano y descubrir todo lo siniestro que se oculta detrás.
Sin embargo es bueno y reconfortante decir que a partir de la mitad de la serie, esta empieza a mejorar bastante. Lo que anteriormente mencioné como la particularidad de la edición y narrativa, se convierte en el esqueleto, fundamento y base de la historia. A las tramas secundarias les pasa lo inevitable: desaparecen en su sin sentido a razón del buen desarrollo de las tramas que realmente importan o son las únicas que importan. Así el aparente desorden de la línea cronológica y narrativa se convierte y/o devela la verdadera intención de la serie que desde el inicio se declara citando a Einstein. Si la distinción del futuro y pasado en el tiempo físico carece de sentido, también carece de sentido ese orden en la serie.
Así los viajes en el tiempo nos llevan más allá de la década de los 80’s y no llevan también a todas las paradojas temporales producto de una realidad en la que los viajes en el tiempo son frecuentes.
Lo que antes era una serie basada en un drama policiaco, ahora se convierte en toda una mitología de ciencia ficción, en donde el tiempo circular de Nietzsche está presente en todo momento. El inicio es el fin y el fin es el inicio. Se podría pensar que esta serie es perfecta para los que nos interesa analizar las series y el cine desde la filosofía, pero no es así. Las series que más nos gustan son aquellas que no te lo tiran todo en la cara como bukake, sino aquellas que te permiten explorar por tu cuenta los conceptos y símbolos, que por su ambigüedad no todo este ya dicho y te permitan descubrir las cosas o, por otra parte, que los creadores ni siquiera estén enterados de lo que dicen entre líneas.
Sin duda alguna tendremos una segunda temporada de la serie alemana producida por Netflix. A pesar de los detalles malos de la serie, me dejó con ganas de saber qué más pasaría en los bucles temporales. Pues ciertamente casi nada está dicho, a pesar de que tuvieron 10 horas para contárnoslo. Pero no podemos exigir prisa, que lo que pasa simultáneamente en el pasado, futuro y presente no se puede plantear a nuestras pequeñas mentes unitemporales de manera ordenada.
¿El riesgo? Que se convierta en el caso trágico de Lost. Una serie que sin duda alguna tenía potencial, pero que al saturar su desarrollo con muchas cosas raras y misteriosas, muchas referencias a filósofos y científicos por hacerse los interesantes, no pudieron resolver todo ese engrudo y a fin de cuentas tuvieron un final completamente mediocre. Esperemos que no.
Recuerda que puedes leer mi Blog: https://despuesdelosabismos.blogspot.mx/
Excelente post! La serie te llena de dudas, te hace cuestionar ciertos aspectos de la narrativa, pero luego, después del quinto capítulo, todo comienza a tomar sentido, dentro de lo compleja que se puede tornar la historia y los porqués. Espero muchísimo la segunda temporada.
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Muchas gracias, y gracias por leer. Ahora que leo lo que yo mismo escribí, me parece que fui demasiado duro con la serie. Pero alguien tiene que hacer el trabajo sucio de decir las cosas malas. Sin duda la serie es buena, espero que vaya para mejor.
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