El absinthe también conocido como el hada verde oh duende verde .
Foto de mi autoría Luis Sifontes
Quizá una de las bebidas sobre las que más se ha romantizado, el hada verde sobresale del resto de los destilados tanto por su color, como por su historia, que es casi mitológica.
Aunque el uso medicinal de la planta de ajenjo se remonta a los egipcios y los griegos, el primer registro que existe sobre la absenta moderna, como la conocemos ahora —una bebida del ajenjo que se destila en flores de hinojo y anís—, es del siglo XVIII.
Imaginemos, entonces, a un doctor de origen francés, pero que residía en Suiza, llamado Pierre Ordinaire. Bueno, pues él la inventó como un tónico para la salud.
No fue hasta que un ambicioso hombre —en toda buena historia siempre hay uno de estos—, vio su poder comercial, no sólo como un tónico, sino como una bebida en sí, que compró la receta y, en asociación con su yerno, creó la primera destilería de absenta, cuya sede pronto se mudó a Francia para abaratar los costos de producción. Sus nombres: Daniel-Henri Dubied y Henri Pernod. ¿Te suena este último? Quizá porque su marca fue la más reconocida e imitada durante la belle époque.
Artemisia absinthium de donde se extrae la absenta
Pero no nos adelantemos. Al principio la absenta era un producto bastante caro, por lo que casi era un lujo para la clase media o alta, sin embargo, una serie de factores coincidieron para que comenzara a competir con el vino como bebida nacional. A mediados de la década de 1800, una epidemia en los cultivos de uva, cuyas consecuencias afectaron la producción a nivel nacional, provocó que el vino escaseara y que los fabricantes de absenta se vieran en la necesidad de utilizar alcoholes más baratos.
Así pues, la bebida se volvió accesible para todo el público, incluyendo los famosos bohemios: artistas, poetas e intelectuales de la época; personas que se habían alejado de un estilo de vida “convencional” para encontrar la verdad, la belleza, el amor y, lo más importante, la libertad. Rimbaud, Verlaine, Toulouse-Lautrec, Debussy, Van Gogh y Gauguin fueron tan sólo algunos de los integrantes del club de fans de la absenta. Con membresía, playera conmemorativa, pin y todo.
Aquí es cuando el tema se vuelve un tanto polémico, pues comenzó a surgir un movimiento antiabsentista en el que, según los medios de comunicación —y algunos estudios de dudosa procedencia—, se creía que el “entusiasmo excesivo” por esta bebida era una amenaza para la sociedad, pues ocasionaba alucinaciones, reacciones violentas y adicción. Ajá, básicamente como cualquier bebida alcohólica en exceso. El caso es que la opinión pública logró que se prohibiera en varios países y que las empresas vitivinícolas recuperaron el terreno que habían perdido. ¿Casualidad?
Cocteles flameados a base de absenta
El misterio creado en torno a la absenta ocasionó que se siguiera produciendo de forma casera e ilegal, hasta hace algunos años, que los científicos se tomaron el tiempo para revisar con detenimiento este asunto y comprobar que no ocasionaba ningún riesgo para la salud diferente al de otras bebidas alcohólicas. Así es como la prohibición comenzó a levantarse en la mayoría de los países y todos vivieron felices por siempre.
https://thebar.com.mx/barstyle/la-enigmatica-historia-del-absinthe
Fuentes: coloradoan.com / wormwoodsociety.org / news-press.com
Fotos de mi autoria Luis Sifontes.
Tomadas por Iphone 6 plus.
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Gracias se me olvidó colocar la fuente . Las fotos si son mías .
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