I believe that there is no better or more perfect time machine than our own memories, in the same way, that there is no reality more proper and by default, objective, than that architecture of experiences, dreams and experiences that it builds, stage after stage, the universal abode of our own life, being its foundations, from the beams to the roofs, the solid mortar, which, as a whole, are all those events, which, since our childhood, have been conditioning our dreams and fantasies, with such intrinsic power of motivation, that, paraphrasing Dante, remain eternally anchored in the memory of those, who even like the undersigned, have long since passed half of our lives.
In this sense, I believe that there is no better fuel to power the engines of that fantastic time machine, which we all have and in which we sometimes take refuge, especially when nostalgia comes to visit us, than that prodigious Chinese invention, which It has been active for thousands of years and still continues to fascinate us, which are fireworks. And if you don't believe me, try it the next time you have the opportunity to witness it and be honest in admitting that, after the first shock of expectation, it hasn't made you see and feel again, even for a few seconds, those first and wonderful experiences of his earliest childhood.
Yo creo, que no hay mejor ni tampoco más perfecta máquina del tiempo, que nuestros propios recuerdos, de la misma manera, que no hay realidad más propia y por defecto, objetiva, que esa arquitectura de experiencias, sueños y vivencias que va construyendo, etapa tras etapa, la morada universal de nuestra propia vida, siendo sus cimientos, desde las vigas a los tejados, la sólida argamasa, que, en su conjunto, son todos aquellos acontecimientos, que, desde nuestra infancia, han ido acondicionando nuestros sueños y fantasías, con tal poder intrínseco de motivación, que, parafraseando a Dante, permanecen eternamente anclados en la memoria de aquellos, que incluso como el que suscribe, hace tiempo que hemos superado ya la mitad de nuestra vida.
En ese sentido, creo que no hay mejor carburante para alimentar los motores de esa fantástica máquina del tiempo, que todos poseemos y en la que en ocasiones nos refugiamos, sobre todo, cuando la nostalgia viene a visitarnos, que ese prodigioso invento chino, que lleva en activo miles de años y que todavía continúa fascinándonos, que son los fuegos artificiales. Y si no me creen, hagan la prueba la próxima vez que tengan la oportunidad de presenciarlos y sean honestos, a la hora de admitir, que, pasado el primer golpe de la expectación, no les ha hecho volver a ver y a sentir, siquiera por unos segundos, aquellas primeras y maravillosas experiencias de su más tierna infancia.
NOTICE: Both the text and the accompanying photographs are my exclusive intellectual property and therefore are subject to my Copyright.
AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.
