Trabajo como diseñador y soy un fotógrafo aficionado. Me encanta la cantidad de posibilidades que puedo conseguir usando una cámara, una toma con la que me sienta muy bien y mucha imaginación.
A lo largo de mis experiencias jugando con la iluminación y a veces incluso con el escenario, me gusta crear ambientes e incluso, a veces contar historias en una imagen. Adoro dar vida a las fotografías que voy tomando según sea la situación que esté viviendo en su momento.
Estando en mi trabajo quise tomar una fotografía a una compañera, por lo que al no tener más espacio que el propio estudio de fotografía, le pedí que posara unos instantes. Tomé una fotografía que al ser de estudio no tiene la ambientación que quisiera para darle esa esencia que busco.
Este tipo de pequeños retos me gustan, pues desde ese momento ya tengo una idea de cómo deseo la pose de la modelo para posteriormente recrear una escena más viva. Esto me ayuda a reafirmar algunos conocimientos de edición y también me impulsa a encontrar nuevos modos de expresar mi escena capturada.
No me considero experto. Las cosas se me ocurren y trato de materializarlas en el caso de no contar con el escenario ideal. Así pues, quedo muy satisfecho después de editar algunas de las fotos que por ciertas razones, no puedo tomar en escenarios naturales.
Este es un pequeño ejemplo de lo que quiero decir:
Parte 1: mi amable modelo posando, pues será el centro de atención para la composición.
Parte 2: Creando mi composición empleando tonos claros, tratando de llenar de vida la escena.
Parte 3: Aplicando tonos fríos a la escena.