Edward Muybridge fue un fotógrafo inglés nacido en 1830 y famoso por sus investigaciones fotográficas vinculadas al registro del movimiento. Es recordado principalmente por su famosa serie del caballo en movimiento, donde demostraba que en un determinado momento del trote del caballo, sus cuatro patas estaban al mismo tiempo en el aire, contraviniendo la creencia popular y años de representación pictórica.
Serie caballo en movimiento. Fuente: Library of Congress.
En 1875 realizo uno de sus viajes más famosos, recorriendo el pacífico centroamericano y registrando con su cámara la vida portuaria de la zona. Entre sus fotos destacan las tomadas en el Puerto de La Unión y el Puerto de La Libertad en El Salvador, donde registró la arquitectura vernácula característica de los puertos de las zonas tropicales.
Puerto de la Unión, Golfo de Fonseca. Fuente: Library of Congress.
La fotografía de la antigua aduana del Puerto de La Unión es fascinante, tanto por la calidad técnica que posee, pensando que es de 1875, como por ser testimonio de lo que se ha perdido a través del tiempo: tanto el paisaje exótico, crudo, casi sin alteraciones; como la arquitectura de estilo caribeño de fines del siglo XIX y principios del XX, con reminiscencias de la arquitectura pos-colonial que tenía cierta influencia inglesa y que era característica de países como Belice, Nicaragua y otros de la costa caribeña como Colombia (las compañías navieras eran europeas, sobretodo inglesas). Lo curioso, y que queda resitrado en la obra de Muybridge, es que esta influencia llegó hasta el otro océano.
Puerto de La Libertad. Library of Congress.
En la fotografía del Puerto de La Libertad Muybridge también retrata los edificios característcos de estos lugares, que no se veian en otras partes del país. Estos edificios pertenecían principalmente a la infraestructura portuaria y usaban elementos de la arquitectura vernácula: balcones en voladizo con soportes de madera, techos de teja y madera, paredes de bahareque o adobe encaladas, etc.
No cabe duda que estos son documentos valiosos que nos muestran la vida de aquellos lugares en esa época: sitios de llegada de personas (no había otra manera de viajar a través de los continentes) y mercancías, muchas de ellas inimaginables hoy. Los puertos siempre serán fuentes inagotables de historia y seguramente algún que otro antepasado nuestro, sea europeo o de algún otro origen, tuvo como lugar de arribo algún puerto.