Cuando pasamos el túnel llegamos a la playa de Ondarreta, la más alejada de la ciudad en total no nos tomara mucho tiempo, pero seguro que mas que lo que imaginas ya que puede estar muy entretenido durante los dos kilómetros que tenemos.

Aquí están
Estas esculturas son:
El peine de los vientos.

Solo hay tres esculturas, de 10 toneladas cada una.
Pero parece árboles que salen de la roca, árboles retorcidos por la fuerza del viento.
Rezuma sangre roja rodeada por el azul del mar.

Algún pescador dejó el aparejo enganchado.

Los afortunados visitantes que llegan con mal tiempo y mar agitado dicen que la imagen de las olas rompiendo en las esculturas es algo mágico, aún no he tenido la suerte de verla.

Puedes pasar un buen rato observándolas y si te atreves a caminar sobre las piedras y ponerte a sus pies.

Los pájaros descansan en silencio en sus brazos, mirándonos.

Se pueden interpretar de muchas maneras, pero si miras bien, verás que las dos primeras están una frente al otra y parece que incluso hablan entre sí, mientras que la más alejada está sola y parece estar mirándolas.

Aquí tienes una explanada para sentarte y descansar.

Pero ten cuidado con los agujeros que pueden llenarte de agua, ya que están diseñados para cuando el mar está enojado entre el agua, primero oyes la música y luego ves el chorro subiendo con el agua fría del Cantábrico.


Entrada: solo la suela de tus zapatillas
En coche: el aparcamiento es de pago.
Bus: cada 10 minutos
San Sebastián siempre merece una visita y el peine de los vientos es uno de sus maravillas.

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