Una de las imágenes más típicas de Japón es la de las pequeñas esculturas de monjes que están en todas los templos, santuarios y lugares de culto.
Estos monjes con posturas de rezo, trasmiten una paz que es difícil de explicar. No les hace falta tener gestos en la cara, no les hace falta sensación de movimiento, la simple pose les hace irradiar una paz totalmente necesaria en esos lugares de culto.