Mi mamá me solía decir que desde el momento que empecé a caminar, hacía ruido y "música" por toda la casa. A los 4 años me regalaron un piano de juguete, y ahí pensé que había conseguido mi pasión. Mi sed por la música no se sació simplemente por tocar un pianito de juguete en mi casa. Quería comenzar clases en un verdadero conservatorio de música, donde viera materias teóricas como armonía, teoría y solfeo, estética musical, historia de la música, historia de los instrumentos, práctica pedagógica, coro, etc. A parte, escogí (naturalmente) como instrumento principal el piano, y años después el cello como instrumento secundario.
13 años después:
Estudiando en un colegio que ofrece materias IB (bachillerato internacional) escoger Artes Visuales como la materia de Nivel Superior fue una acción natural. De repente, me enfrento con mi primer problema. Descubrir para que soy bueno. Crear una exposición de arte de 14 obras completamente musicales es algo casi imposible, y muy repetitivo.
El tiempo pasaba, las entregas cada día se acercaban, y todavía no encontraba un medio para mostrar mi arte. Ahí es cuando la fotografía llegó a mi vida.
Era un día nublado de febrero cuando decidí llamar a dos compañeras de clase para experimentar con la fotografía. Sabiía que quería maquillarlas, incluir rosas y luces de colores que me prestó mi padre. Sin saber absolutamente nada de iluminación artificial / de estudio decidí comenzar mi sesión. Rápidamente me enamoré del poder de la fotografía. Poder crear y trasmitir mis emociones a través de una imagen tangible una vez que está impresa es algo impresionante.
Canon T3i
EF-S 18-55mm
f5.6
Luego me encontré con una segunda barrera. ¿Qué quiero fotografiar? ¿Qué quiero trasmitir? ¿A quién le quiero llegar? Lo único que sabía es que disfrutaba de tomarle fotos a mujeres y mostrar la feminidad en sus varias formas. También, al ser un individuo muy emocional, trasmitir estas en fotos era lo que más se sentía natural.
En esta sesión específicamente quería mostrar como el amor es un arma de doble filo. Puede ser la sensación más hermosa y poderosa, como la más destructiva y tóxica. Decidí representar esto con las rosas, un símbolo de amor cuando se da, pero también un arma utilizada para herir. Las luces moradas representan al amor puro, las rojas muestran a la persona que está hiriendo a través de este sentimiento, mientras las azules demuestran a la persona herida que se da cuenta que el amor es un sentimiento efímero.
Canon T3i
EF-S 18-55mm
f5.6
Consejos para artistas nuevos: incluso los artistas más grandes que admiramos comenzaron desde cero. Se equivocaron, cambiaron su estilo, odiaron su trabajo. Todo eso los hizo lo que son hoy en día. La clave es tener pasión y constancia por tu trabajo. No sentirse mal y nunca compararse con otros, ya que cada uno es un artista especial y tiene diferentes cosas que ofrecer.
Canon T3i
EF-S 18-55mm
f5.6
me encanta esto
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Muchísimas gracias Jacob, saludos.
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