Ellos son víctimas de los encuentros fugaces. De las sonrisas perfectas. De la lluvia de estrellas. Y de los recuerdos que en noches de soledad se hacen tan vívidos como el amor que alguna vez se juraron.
Ellos fueron eternos, en todas las veces que sin quererlo el universo los volvía a juntar y los hacía amarse.
Ellos se besaban en la oscuridad, tenían miedo de que el mundo descubriera que nunca eran más felices que cuando estaban juntos.
Ellos se pertenecían aunque siempre se dejaran volar.
Ellos escribieron la historia de amor más grande entre sus dedos, mientras se recorrían mutuamente. Probaron lo que era el dolor y el deseo bebidos de la misma persona.
Ellos alguna vez fueron, y no se imaginan que sin pensarlo, un día de pronto volverán a ser.