RECITAL POÉTICO SUENAN LOS SILENCIOS, LAS PUERTAS SE ABREN
U N A H I S T O R I A Q U E E S L A M I S M A
Si no podía acceder a tu ardor
Era porque te habías alejado
De mi futuro
Y de pronto como estrella
muerta
Estoy cerca de ti como llama
De apariencia
Sin embargo todo es unidad
inesperada
Pasos de tango en plenilunio
Un abrazo equívoco de una
dama
Que sonríe
Un deseo de jugar en las olas
Que limitan las miradas
En la lejanía de los íntimos
Descubrimientos
De una historia que es
La misma
E S C I E R T O Q U E L A S
M A Ñ A N A S
Es cierto que las mañanas
eran propiedad de los rocíos
y también que ir a tu hogar
temprano
desafiando la ebriedad de
los árboles del sur
y el camino de las sombras
me hacían realmente feliz
sobre todo por nuestra
presencia
fugaz en los navíos
poblados de las palomas
blancas
de la sabiduría
los cuales me recordaban tu
Belleza
junto a un libro de mecánica
celeste
con seguridad hoy apagada
buscando el amor
en un hijo
en una constelación de la
memoria
o en la luz ausente de la casa
el lugar más propicio para la
Muerte
E S A M A Ñ A N A
Esa mañana
De arrebatado fulgor
El carnaval cedía
Su prestancia
Y nosotros íbamos
A orillas del mar
A reconocernos
En su transparencia
Voz de Yemanyá
Que juntaba
Nuestros cuerpos
Al olor de la canela
Dejando atrás el mundo
Las carrozas calladas
Dejo de tristeza
Porque
“Todo era disfraz
Todo era viento”
Bajé solo a tu tiempo
a tu silencio de guijarro
hace años de tardanza
Bajé con mi trovadoresca voz
a decirte que la música
es deseo
cerca de las piedras
los cántaros amigos
Bajé al ombligo del mundo
donde está la falla de
los acordeones
No recuerdo exactamente tu
nombre
de heredera de las flores
que nombré tanto
en los ascensos entre neblinas
No lo recuerdo
¡Qué pena los años!
¡Qué pena los
girasoles muertos
por mi dios sol de las mañanas!