TRAVESÍA
El ciclo del verdor
no llega a tus aguas
de quietud conquistada
Hay alabanzas que
se quedan
en palabras fortuitas
Lo que perdura
es la llama del océano
salado de tus labios
y el libro abierto
de preguntas
y también el expiar
los gestos de los amantes
anónimos
que viven cada hora
de una vida tan breve
como trazos de nubes
de un cantar