Neyara
Por el campo suena una melodía
al nacer el alba en la manada
un pastor de ovejas cada día
entona con su quena una balada
Hace tiempo que en la noche umbría
perdió entre los rebaños a su amada
un lobo le arrebató la cría
y tras ella la dejó desangrada
Al venir las blancuras de sandía
corriendo la trajo a la posada
en sus brazos seguro la cubría
mas no pudo, no pudo hacer nada
Pasaron meses de melancolía
y desde entonces llora a su adorada
elevando un canto que se oía
en las dehesas de la miel rosada:
“Vuelve a mí, ay, Neyara, Neyara mía,
te amaré en la eternidad soñada”
Ribaldash