Divino pecado.

    Perdóneme padre pues los pecados tomaron posesión de mis actos, confieso que las manos con las que alimente a los pobres hambrientos de guerra este día se encuentran manchadas con la sangre de un no tan inocente, en mis vidas pasadas jamás fueron mis actos tan indignantes como los de esta, confieso que Dios está noche no me otorgara la bendición ni tampoco tendré su perdón, juro que aunque nunca logró ser mi intención, logre disfrutar de cada segundo, este día un esposo, un padre de familia, un hermano y un hijo ha sido liberado de su sufrimiento, pero es que aún sólo su asquerosa y descarada sonrisa se pasea por mi cabeza, tal vez no merecía pero así estaba escrito, fue el quien cometió tanto terror entre los infantes desprotegidos, fue aquel quien le había destrozado la infancia al total de treinta y cinco almas sin pecado alguno, aquel en quienes lo jóvenes jamás pensaron que tendrían maltrato alguno, todos ellos víctimas de violaciones y que con total crueldad fueron asesinados y desechados en los lagos más cercanos, confieso padre que disfrute con total serenidad cada movimiento forjado con la paciencia y la total cautela para que allí no existiera ningún error; fue el quien logró entender completamente a Jesús de Nazaret, fue atrapado de su lugar de trabajo, anestesiado y luego llevado a la casucha más cercana, pero tampoco a cualquier lugar, allí no existe la vida humana, fue atado con total delicadeza para que no despertara antes de la hora acordada, en horas de la madrugada fue que logró despertar, aún lo recuerdo pues eran las 02:00 AM hora de mi programa de radio favorito, un poco de jazz para que logrará encontrar alivio, el total de sesenta y siete clavos fueron los que comenzaron el juego, treinta y tres por cada pierna el ultimo lo guarde para el final, disfrute cada gemido que lograba dar tras cada clavo, pero allí es donde apenas comenzaría el juego, mientras su boca permanecía totalmente sellada por la cinta que le lograba dar dos vueltas a su cuello, padre le confieso que aunque algo inhumano fue grandioso, tal vez la locura se hubiera apoderado de mi ser, aunque el señor hoy se logró apartar de mi lado no pensaba en ello cuando cada golpe de mi martillo hacia añicos las sucias manos con las que afirmaba ser un hombre diferente, jamás vi que los dedos lograran ser tan flexibles como una bailarina, si existe un infierno, juro que con total tranquilidad iré sin queja alguna, ¿padre recuerda que logre servir para ejército por años verdad? ¿Aún recuerda aquel cuchillo tan afiliado que sólo mover lo podía cortar el viento? Tal vez suene algo exagerado, pero tal vez su pecho no era tan duro como el acero, un leve roce y ligeramente se lograba abrir en dos, desde la parte baja de la garganta, hasta la parte baja de su ombligo logró abrirse, logre aprender algo de biología, anatomía y que la sangre es totalmente diferente en ciertas personas, mientras con mis manos desnudas entraron y le mostraba al hombre mientras agonizaba y entre llanto y lágrimas se paseaban en su rostro, mi sonrisa jamás fue la más grande, pero esa noche lograba mostrarse de extremo a extremo, luego del sufrimiento que término ocasionándole la muerte, comencé a cortar extremidad tras extremidad para así quemar y luego ser lanzada al lago más cercano donde fueron encontradas sus víctimas, murió a las 04:53 AM lo recuerdo muy bien pues es la culminación de mi programa favorito de jazz, perdóneme padre pues he pecado.

•     Padre: ¿Porque tan cruel asesinato, que mal hizo a tu noble corazón?
  

•     Asesino Anónimo: ¡Me arrebató la inocencia al ser mi pequeña princesa una de sus víctimas!
  

•     Padre: ¿Cuál fue el nombre de la pobre víctima?
  

•     Asesino anónimo: ¡Siempre fue usted padre!