Fuente

Esta lluvia fugaz
nunca me puede robar,
episodios de sonrisas,
cuando acaricia la brisa,
y no ponerme a pensar,
que pareciera un sueño,
que pueda sentirte a mi lado,
me dejas feliz y tan extasiado
que no quiero jamas despegar.

Por eso guardé mis alas,
en un cajón olvidado,
pensando tal vez en futuros,
para ir traspasando los muros,
atravesados en el pasado,
tampoco se van los suspiros
que van sustentando la piel
de mis huesos,
se queda cerca el dulce embeleso,
que no he podido,
expresar en papel.

Fuente

De pronto mis manos,
se tornan livianas,
como ligeras motas,
de algodón de azúcar,
es que escuché tu voz,
hablándome en la distancia,
pidiéndome que te halle,
en nuestro lugar secreto,
el que guardamos allí,
entre espigados abetos,
donde cantamos tantas,
pero tantas bellas promesas,
hoy consuelan las tristezas,
que buscan asirse de mi.

E insiste la lluvia sobre mi cuerpo,
tenaz porfía de los lamentos,
me rescata tu aroma,
ese divino incienso,
que abre sus brazos
a este viajero, errante y cansado,
que te quiere por entero,
para entregarte mi sentimiento.

Fuente

Imágenes de uso público, licencia CC0 de Creative Commons.

Autor: Alex Díaz @humoalex.