A veces siento que el tiempo pasa...

_{Autor: @nachomolina}
_{Poesía Original}

A veces siento, que el tiempo pasa,

¡Solo pasa y así como viene, se va...!

El niño que camina solo, tiembla de miedo en una esquina, helado hasta el hueso se paraliza y espera que alguien le salve. ¡Pero igual!, le teme a ese alguien, le teme a todos, entonces agacha la cabeza y se sujeta las piernas. Permanece agachado haciéndose el desentendido, solo mira sus pies volteados y se muerde los labios por el frío, ese frío que es como el tiempo,

¡Solo pasa y así como viene, se va...!

Intenta dar un paso y no sabe hacia donde darlo, el nudo en su pecho no le deja actuar, es un llanto atrapado que bajo cualquier movimiento es capaz de explotar. Con los ojos abiertos enfocados en el piso, inmóvil, sabe que cerrados otra realidad cobraría sentido, vendría a complicar su estado de temor a lo desconocido. Parecen años, los minutos, sin saber el motivo, busca la forma de pedir auxilio y poco a poco se hunde más en el profundo dolor de ser niño.

¡Así como viene, se va...!, como el tiempo,

Esos minutos fueron astrolabio cuando el manto de estrellas le cubrió sin notar, vivió bajo ellas, intentó contarlas pero trajo la pesadilla sobre las aceras que se volvieron infinitas de tan solo pensar en cruzar. Cuantas desventuras, cuantas razones echadas a rodar. Abandonado, la semilla dejada al olvido, sentía mover esos hilos alrededor, que crecían, se desprendían de su corazón destrozado. Serían el ardid de los años, diciendo que la experiencia es una red que te obliga a dar el primer paso.

"Sus manos se desataron, en la proeza de obtener suficiente valor para continuar andando"

¡Y esa noche, fue la primera!, entre los callejones oscuros de la vida, tuvo que ensuciarse el rostro el enjugar sus lágrimas, dejando entrar esa otra realidad por sus ojos. Entre ciegos y sordos, vio al tuerto siendo rey, adueñándose de todo, de cada rincón que dieron por olvidado los otros. Menos, aquel donde se encontraba sentado, ya no eran los filamentos de una red, eran raíces las que lo sostenían, invitándolo a levantarse y no dejarse caer.

¡Estaba helado hasta el hueso!... ese frío que es como el tiempo,

¡Solo pasa y así como viene, se va...!

¡De algún modo vino la noche y luego se fue!, ahora escondió su cabeza huyendo de la luz. Acostumbrado a estar en lo oscuro, quiso soñar despierto, sentado en esa esquina del universo donde se encontraba a salvo a pesar de su desconcierto. ¡Pensó sobre si mismo!, por un momento no pudo ver nada, pero se aferró a la esperanza de que pronto acabaría. Quiso cubrir nuevamente su cara, sus piernas eran largas, más de lo que recordaba, también su espalda. Tembló de miedo y trató de llorar de nuevo, sus lágrimas fueron un océano sobre las calles y lamentó seguir en la misma esquina, paralizado, mientras veía pasar el tiempo...

¡Solo pasa y así como viene, se va...!,

repetía, mientras soñaba que alguien lo venía a buscar.

¡Dejó la mano extendida!, decidió cerrar los ojos por primera vez, ya no le importó nada porque sintió su piel arrugada y sin energía, sentía que la vida le golpeaba sin parar. ¡De algún modo, viene y se va!, como el tiempo, pensaba; no tenía remedio ir entre esas calles peligrosas que nunca se atrevió a cruzar. ¡Soy un niño, aun! no me tengo que preocupar, solo debo esperar que regresen por mí y todo se solucionará.

"¡Siento que han pasado cien años! solo soy una semilla sembrada en esta esquina del olvido, por algún motivo, que pronto descubriré. ¡Pero aun siento frío!..."

ese frío que es como el tiempo,

¡Solo pasa y así como viene, se va...!

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