Casi todos los elementos del buen pan ocurren mucho antes de que entren en el horno.
Con demasiada frecuencia, gastamos nuestro tiempo y esfuerzo en el último paso emocionante. Y con demasiada frecuencia, nos olvidamos de dedicar nuestro tiempo y atención a la preparación que es mucho menos urgente o glamorosa, pero mucho más importante.
La mala preparación es una excusa pésima para un frenesí egoísta de último minuto. Ese frenesí nos distrae de hacerlo bien la próxima vez.
Si quiere comprender de dónde viene el dominio y el éxito, eche un vistazo a las entradas y al viaje, no solo a los resultados.
Fuente: Seth Godin