Escuchándote, así fue como te conocí.
Leyéndote, así fue como te conocí.
Nunca pensé que llegarías a lograr lo que conseguiste en mí.
Se ha vuelto una necesidad insaciable, seguir conociéndote.
Me siento como un vago extranjero dentro de tu inmenso Universo.
(Creo que con estas palabras tal vez te pueda conocer, mientras me conozco)
Porque lo que hiciste fue encender mi cuerpo con la furtiva chispa, que robó Prometeo para un mortal como yo. Mientras que tú ya formabas parte de esas inagotables llamas.
(Creo que con estas palabras podría mantener el fuego que dejas)
Eres un elevado incendio que abrasa la literatura, y la renueva con el Sol que arrastra Apolo cada día.
Y, como Prometeo, quedé encadenado a tus letras, a tus palabras. Quedé preso en tus oraciones.
(Me convertí en el amante de tus escritos)
El éter que emana tu alma me envuelve como un bebé es arrullado por su madre.
Sin embargo, me espanta el hecho de no poderte conocer en carne viva. Pero, al igual que la vísceras del titán, se renueva mi esperanza, porque sé que puedo seguir conociéndote en cada grafo que regalaste a esta cómoda humanidad.
(La causalidad me llevó a ti y causalmente llevo esto hasta ti)
Porque,
Fuiste traido por Prometeo
Traes luz como Apolo
Enloqueces al igual que Dioniso
Porque eres capaz de encadenar a muchos, de encadenarme a mí,
Rafael
Fotografía en @galerieweihergut