El mundo de Disney, tiene el poder de recrear historias mágicas que perduran de generación en generación. Por lo menos eso sentí cuando veía "Cinderella" protagonizada por Lily James; justo cuando escucha a sus hermanastras regresar del baile esconde su zapatilla de cristal, guarda con ese zapato los momentos que vivió con el príncipe en el baile, Me siento como ella, guardando en mi memoria los momentos que vi a mi príncipe, yendo al mismo lugar de nuestra cita, eso fue hace unos tres años, y sí, es ridículo pensar sentir lo que sea que siento por un hombre con el que tuve una cita ¿Y que? ¿No es esa la "pasión sin nombre" a la que ser refería Rómulo Gallegos en Doña Bárbara? para mí sí.
Mi príncipe (si llega a leer esto espero que no le incomode que lo llame así) es hermoso, tan dulce, rozaba mi corazón sin tocarlo con tantas delicadezas, un hombre muy sensible, tímido y amable, es de esas personas que tienen tanto amor en el corazón para los demás que en el fondo quieres ser ellos. Aún después del tiempo, lo recuerdo, a pesar de que tiene una niña preciosa y que posiblemente esté en una relación con la mamá de su hija le pienso, le tengo cariño, menos intenso, más distante, pero igual de fuerte. Tanto que cada día le pienso, lo extraño, ¡como añoro verlo!, siempre que veo sus publicaciones en facebook me asusta, siento que cada día lo voy perdiendo un poco más. No tanto por falta de cariño, sino por su propia decisión, está en otro país, y yo me siento aquí atrapada en Venezuela.
Mi príncipe azul, uno al que continuo amando en mis sueños, creo que una relación con él arruinaría todo: la rutina y la distancia apagaría la llama y nos dejaría en su lugar un hueco en el corazón. Es mejor, él por su lado y yo por el mío. Yo queriéndole y él recordándome ¿me recuerdorá?.
¡Saludos y Bendiciones!