Propósito de vida

(Fotos propias)

Una vez pude tener una singular y poco usual conversación con uno de mis más queridos amigos, él era particularmente ateo, y digo la palabra “particularmente” porque nuestros pensamientos convergían de alguna u otra forma, lo cual no debería tener sentido.

Discutimos acerca de lo sucia que podía llegar a ser la religión, ya que al igual que la política nos divide con cada nuevo dios, en vez de promulgar igualdad nos diferencia y nos marca para toda la vida. Además de que le otorga poder a personas que tal vez, por sus acciones, no tengan un dios real.

Pero... ¿En qué creemos después de todo? ¿Qué es aquello que nos motiva a levantarnos cuando todo está perdido o todo pierde sentido?

 Aunque sea ateo pienso que en algún momento de nuestra vida vamos a necesitar de la fe ya que será nuestro último recurso en ese preciso instante – me dijo él.

En ese momento entendí que lo realmente importante no es tu tipo de religión, sino poseer un propósito en tu vida y creer en ello. Esa es la verdadera fe que mueve al universo. Muchas personas lo tienen y ni siquiera se percatan ya que ese propósito cambia constantemente con nuestras acciones, decisiones y nuevos sueños.

Es por ello que hay personas que se sienten vacías luego de alcanzar una meta, luego de llegar a la sima de aquella cúspide que se veía tan alta y lejana, y con ello se formulan la misma pregunta ¿Y ahora qué? En ese momento ese personaje está en una especie de limbo, de vacío, atrapado en una encrucijada que solo podrá responder con el tiempo y… con un nuevo propósito.