Y LA AURORA CON SUS PUPILAS ROSADAS NOS BESA
Dejaste la carta sobre la mesa (la mesa que aún espera), decías que me amabas, que pudimos hacer una vida juntos, una familia en un tiempo sigiloso a través de océanos y tempestades, y aposté sobre tu regreso como a la probabilidad de Dios, es decir con la certeza infinita de un Pascal deseoso, y todavía espero tu llegada; o tal vez ocurra todos los días sin apenas darnos cuenta, mientras el viento canta, el colibrí liba en el jardín y la aurora con sus pupilas rosadas nos besa.
Dejaste la carta sobre la mesa (la mesa que aún espera), decías que me amabas, que pudimos hacer una vida juntos, una familia en un tiempo sigiloso a través de océanos y tempestades, y aposté sobre tu regreso como a la probabilidad de Dios, es decir con la certeza infinita de un Pascal deseoso, y todavía espero tu llegada; o tal vez ocurra todos los días sin apenas darnos cuenta, mientras el viento canta, el colibrí liba en el jardín y la aurora con sus pupilas rosadas nos besa.
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DEL DIOS PAN
Dulce te llaman
Soplo del dios Pan
del universo
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