!maldita realidad!... (Poesía)

Hay días que la realidad galopa dentro de todas mis locuras,
empujándome neciamente al universo de los iguales,
dejándome indefenso,
en el medio de ese gran desierto de los que nunca verán llover desde el cofre que atesora todas las pesadillas humanas,
de los que nunca verán la luna llena,
cuando eclipsan las tristezas en las mañanas más sombrías,
nunca,
pero nunca sentirán el suave aroma del petricor,
mientras empapan las espaldas de lágrimas enjugas,
de esos pobres diablos,
como yo,
que no pudimos escapar del mundo del dolor absoluto,
en esta tierra desolada.

La realidad,
es una inefable verdad que golpea los sentidos del inventor de mundos desconocidos,
aparece,
borrando sueños,
destruyendo locuras,
aplastando infinitos,
alejándome de la poesía.

Realidad,
¡maldita realidad!
torturante realidad legislada por libros sacros con la supuesta palabra de un supuesto creador único,
detesto que el disfrute máximo de mi cuerpo sea prohibido,
que los laberintos de mis pasiones más sórdidas…
las deba ocultar de esos rostros que proclaman sus falsas bondades,
que desean que mi yo sea colectivo,
que me esconda dentro de las mil capas que ocultan la belleza de mi desnudez,
de lo que estoy hecho realmente como ser humano,
con todas mis dudas,
con todos mis fracasos,
con mi sabia ignorancia,
negándome caminar en grupos,
cuando llevan esas brújalas que conducen hacia luces inexistentes,
donde todos acabaremos aplastados,
sin alas,
sin hados,
sin paraísos,
en el mismo precipicio,
en el mismo olvido.

Hay días que la realidad patea todos mis sentidos,
asfixiándome en ese azul lleno de oscuridad,
color hermoso de cielo vacío,
color hermoso de labios ardientes que dejaron de respirar,
color hermoso de muerte cuando nadie la estaba esperando,
color,
simplemente un color más.

En esos días de lluvia seca,
limpio los rincones ocultos de mi sórdido corazón,
bailando desenfrenadamente entre las mentiras de los otros,
pretendiendo ser decoroso,
aparentando ser uno más,
cuando soy lo que soy,
yo,
dentro de toda mi estupidez,
pero yo,
yo,
yo.

Hay días que la realidad se sienta con mi soledad,
platican,
toman té frío,
se aconsejan,
pretendiendo que sea un hombre bueno,
¡por supuesto!
les digo que sí,
que lo voy a intentar,
mientras el arcoíris moldea mis sueños,
mientras mi poesía me aleja de la inefable realidad.

RUBEN DARÍO GIL