Fuente Pexels
Tu mano en el suelo está tendida
en mi dedo tu desesperada mordida
y sobre la mesa partida un trozo de tela
tal el bolsillo de mi franela.
Tus uñas en mi rostro marcadas
al final no sirvieron de nada
y en mi mano dejaste un pedazo
de tu horrorizada cara.
Tus labios desesperados
tiemblan clemencia muy torcidos
cuando otrora escupieran insultos
ahora susurran a un tipo vil y malnacido.
Ahora que estamos solos
mi mente, mi cuerpo disfrutan el dolo
me convierto en otro ser
en un maltratado demonio.
Y hasta que tu alma arranque
y hasta que tu alma beba
no te apartarás de mi lado
hasta que ya no te muevas.