Bueno, ya me tienen de vuelta ¡Sólo he tardado un día en publicar algo nuevo! Deberían estar orgullosos de mí.
Como dije en la publicación anterior, anunciando mi regreso, la mayor parte del mundo se encuentra en cuarentena. No podemos salir de casa, a menos que sea estrictamente necesario. Y esto nos afecta a todos como sociedad, pero algo que mucha gente no está tomando en cuenta son a los estudiantes.
Como es obvio, no podemos asistir a nuestras clases presenciales, ya que los salones de clase son de los espacios donde es más fácil el contagio. Por esto, se nos están impartiendo clases online, y tengo muchas cosas que decir al respecto.
Cabe destacar que esto es en mi caso y el caso de personas cercanas, no sé cómo será en otros.
Esta idea de las clases online me parecería bien, si estuviera bien ejecutada. Mi primera queja es que, en mi caso, no estamos haciendo ningún tipo de clase. Los profesores lo único que hacen es enviarnos una cantidad de deberes inimaginable, con fechas límites casi imposibles de cumplir, a horarios que no corresponden (por ejemplo, un profesor de matemáticas nos envió los deberes que debíamos hacer para el día siguiente a la 1 de la mañana, un día que ni siquiera teníamos esa asignatura en el horario, y aún así debíamos entregarlo) y decir que así estamos aprendiendo y que nos busquemos la vida con el PDF de dos líneas que nos cuelgan.
La única excusa que tienen para esto es que tenemos que enviarles el trabajo que correspondería a las 8 horas que estudian, pero honestamente, me pasó más de 10 horas haciendo todo lo que nos envían, sin exagerar. Me levanto todos los días a las 8 AM, comenzando a hacer los deberes, y casi todos los días puedo levantarme definitivamente del escritorio a las 6, 7 o 8 PM.
En las pocas videollamadas que hacemos, que suelen durar cinco minutos, los profesores explican su vida en vez de hacer la clase correspondiente, y si les dices algo te silencian. Es decir, que todos los conocimientos que no estamos adquiriendo y que son necesarios para los años siguientes, se quedarán en el aire.
Ah, y casi lo olvido, los que van a la universidad siguen pagando 2500€ por un par de PDF y unas videollamadas de mala calidad. Muchos no estarán de acuerdo conmigo, pero esto me parece una vergüenza y otra manifestación de cómo siempre han importado más las notas y el dinero que el aprendizaje. No pido que cancelen las clases y nos den un aprobado general, pero que lo hagan mejor.
Me he extendido, pero de verdad necesitaba expresar lo que sentía.
Un beso a todos.
