Me fui a la cama y Adele se fue conmigo en mi pensamiento, tratando en todo momento de que este pensamiento fuese circunstancial, y que solo se ciñera al hecho de la casualidad que la vida le hace a uno, tratando de no ahondarlo, para que solamente fuese un pensamiento ingenuo y no una idea que se pueda transformar en una falsa obsesión. Para mi sorpresa me dormí, me dormí profundamente, tan es así que no sentí cuando Alejandra se acostó, y no soñé, no pensé y ni siquiera me desperté en toda la noche, hasta que el teléfono me acordó que era hora de levantarme. La mañana tempranito estaba tranquila, no encendí la laptop, cosa que acostumbro a menudo, no encendí el televisor que también acostumbro a hacerlo, coloque el agua para hacer el café y me quede un buen rato frente a la ventana, mirando cómo llega la mañana del nuevo día. En verdad me quede pensando, pensando en nada, hasta que la llegada del agua, me saco de esa nada, de esa incertidumbre, de esa angustia que estaban en mis pensamientos, y por supuesto me dedique a recoger agua en pequeños envases para tener la reserva del día. Alejandra se paró, se desperezo, hizo su acostumbrada oración, me saludo y se fue al baño, por mi parte cole el café, me serví un jugo de naranja y me fui a bañar. Yo desayuno solamente con un jugo de naranja y una taza de café, Alejandra si se desayuna, nos preparamos y listos para un nuevo día. Me deja en la universidad y ella continua su recorrido hacia la universidad del estado, esa, donde también estudio Adele.
Llego al laboratorio y a la oficina, ya que yo tengo una oficina, puesto que hace tiempo que no doy clases, sino más bien ejerzo lo que llaman el cargo de docente administrativo, saludo a las personas que trabajan conmigo y entro a la oficina, enciendo el computador y me pongo a ver los correos, a pasar revista, a constatar que todo está en orden, es decir, que el orden de ayer cuando me fui, aún se conserva.
Mi trabajo no es complicado, pero sí de mucha responsabilidad, tengo que velar por la preservación de muchos equipos electrónico, que tienen un valor económico bastante alto, y por su funcionamiento, el resto del tiempo que paso en mi trabajo se lo dedico a la información científica, a los avances tecnológicos y a tratar de buscar los nuevos horizontes de los progresos técnicos aplicados a la ingeniería. Como se puede ver mi trabajo no es muy forzoso desde el punto de vista estructural, mis variables son disciplina, honestidad y constancia, buscando siempre la excelencia, cosa que ya, a tanto tiempo dedicado al mismo, creo que he logrado algo de dominio, mi angustia ahora es el tiempo, el tiempo de salida de mi trabajo, el tiempo para ir a caminar y encontrarme con Adele, esto es un encuentro que me asusta puesto que lo estoy convirtiendo en una necesidad, miro la hora y veo que ya es hora de irme, de irme a mi casa, de irme para encontrarme con Adele.
Mi rutina casera se mantiene de lunes a viernes, llegar, ver que hay para hacer el almuerzo, comenzarlo a hacer y esperar el tiempo necesario para que el mismo este ejecutado, luego un poco de noticias y alistarme para salir a caminar, aquí es donde comienza una cierta angustia, cosa que antes no me sucedía, una cierta incertidumbre, una impaciencia de encontrarla, de hablarle, de no mezclar mis sentimientos con la realidad, de sentir su sonrisa y su juventud, de no desear nada y quererlo todo, salgo de la casa y me dirijo al paseo, a la “camineria”, miro el reloj para calcular el tiempo que voy a emplear en la caminata y me dirijo con todo el entusiasmo a la misma, empiezo con lo mismo de siempre un recorrido a la pista lentamente, sin prisa, y pensando si la voy a ver, aprovecho el recorrido, saludo a mis amigos esquivos, es decir a las iguanas, a los pájaros, a los árboles y a las mariposas, culminando la primera vuelta y ya pasando por la meta establecida por mí como punto de partida, veo a lo lejos la figura de Adele, pero algo curioso me sucedió, no traía ropa deportiva , es decir , no venía a caminar.
_Hola, me dijo.
_Hola, como estas, por lo que veo no vienes a caminar.
_ No, se me complico todo, se acuerda que ayer le dije que estuve en la universidad por lo de los papeles, resulta que me llamaron esta mañana y me pidieron que pasara por control de estudio lo más pronto posible, me asuste y me puse nerviosa, que pasaría, me dije, falto algo, en fin tantas cosas se me vinieron a la mente que no sabía que pensar. Resulta que no era de preocuparme, simplemente tenía que consignar el certificado de una materia que vi antes en otra universidad que es privada, que no es donde usted trabaja, porque yo comencé en esa universidad al salir de bachillerato, y no quería perder tiempo, ya que en la universidad del estado aun no comenzaba, por suerte mi mamá que es tan organizada, me conmino hace tiempo a tener todos los papeles de esa universidad en regla y ahí estaba el papel que solicitaba la universidad, por lo tanto voy saliendo para la universidad a llevar el papel y quise venir a avisarle que hoy tampoco lo puedo acompañar en su caminata, muy a pesar mío porque ya me está siendo falta caminar en su compañía, así que será otro día, tal vez mañana si no sale otro obstáculo.
_ Bueno le confieso que estaba ansioso por verla y contar con su compañía, pero atienda sus cosas con calma que ya habrá tiempo para acompañarnos en esta “camineria”.
_ Bueno ya me voy, mi mama me está esperando para llevarme, así que hasta luego y buen provecho en su caminar.
_ Hasta luego Adele y que resuelva todo para que así pueda graduarse tranquila.
Se despidió de mí con un abrazo y un beso en la mejilla, la vi alejarse, un poco nostálgico, ya llegando a la entrada del estacionamiento se voltea y me dice adiós con su mano.
Yo continúo mi periplo un poco cayado, sin pensar mucho, sin embargo empecé a reflexionar sobre unos libros que estoy leyendo, uno es una novela picaresca, al estilo Don Quijote de la Mancha, se titula “ La Vida de Gil Blas de Santillana”, de Alain René Le Sague un autor Francés, el libro es muy ameno y jocoso, pero me cuesta leerlo porque está en una edición de las que llaman libros de bolsillo , y está escrito con una letra muy pequeña, esa es la razón de que se me haga extenso el tiempo de lectura, el otro es de Mario Vargas Llosa, se llama “ La ciudad y los perros” , es un libro algo pesado al que no le he agarrado el gusto, y cuando es así, es más el tiempo que está cerrado que el tiempo que empleo para leerlo, por lo que he visto se trata de un colegio militar en la ciudad de Lima, Perú, tal vez más adelante, cuando lleve más paginas leídas me absorba por completo. Estas caminatas que antes eran algo monótonas se han vuelto interesantes, no porque haya un personaje que me agrada, sino porque me hacen meditar y reflexionar sobre los libros que leo. No hace mucho leí un libro que relata la vida de un descendiente de Don Andrés Bello, la novela se desarrolla entre Chile y Francia, el título del libro es muy curioso, se titula “El inútil de la Familia” y me llamó la atención cuando lo vi y más cuando me entere del parentesco del personaje con Don Andrés, el autor del libro es también pariente del personaje del libro, y por supuesto de Don Andrés, se llama George Edward. El personaje es algo curioso, porque es odiado y admirado, es escritor y le gusta el juego de mesa, donde ha dejado su fortuna y en otras oportunidades se recupera y así sucesivamente, le gusta el buen vino, como todo chileno y la buena mesa, pero en su mente le rodea la idea de acabar con su vida, hasta que al final lo logra. Como me he absorto en estas meditaciones se me había olvidado llevar el tiempo, hasta que, sorpresa para mí, Adele me estaba esperando el la meta.
_ Hola, como que va a caminar hasta tarde.
_ Hola, no, qué hora es, ya serán las cuatro?
_ Faltan cinco minutos, llevo como cinco minutos esperándolo, y estaba de lo más entretenido.
_ Gracias por venir y despertarme de mi meditación, no me va a dar tiempo de los abdominales.
_ Y usted, ya salió de todo ese papeleo que no le ha dejado caminar.
_ Si, por suerte, ahora lo que queda es esperar la imposición de anillos y medallas y luego el acto.
_ Y para cuando es el acto.
_ Bueno no tenemos aún una fecha precisa, creo que es para septiembre o mediados de octubre.
_ A qué bueno puesto que ya le van a dar su” cuero de chivo” como dicen ustedes.
Nos fuimos caminando hacia el conjunto residencial y estuvimos platicando acerca de todo lo que significa graduarse, la defensa del trabajo especial de grado, y la pregunta pertinente.
_ Y una vez graduada cuál es su plan.
_ Dejemos ese detalle para cuando caminemos y poder contarle lo que he pensado para el futuro.
_ Bueno me parece bien, así tenemos material para conversar en las caminadas, por cierto no sé si mañana camine, he estado con un dolor de garganta, puesto que en estos días me llovió y aun así seguí caminando.
_ Y como sé yo si usted va a caminar mañana, le voy a dar mi número y me envía un mensaje, y así puedo estar segura de que me va acompañar.
_ Lo que pasa es que no tengo donde anotarlo y si me lo dice a lo mejor de aquí a que llegue a la casa se puede olvidar.
_ No se preocupe, tengo papel y lápiz y se lo voy a anotar.
Caminamos y entramos al edificio y nos pusimos a esperar el ascensor, esta vez no tenía tregua porque ambos estaban en el último piso, mientras esperábamos nuestros ascensores me conto que Verónica le había preguntado que quien era yo, el día que se despidió de mí, cuando la iba a llevar a la universidad.
_Y quien es Verónica, le pregunto.
_ Es mi mama, pero mi hermana y yo la llamamos por su nombre, igual que a mi papa, lo llamamos Andrés.
_ Y que le respondió, me imagino que le dijo que era una persona mañosa, que le da por caminar a las dos de la tarde, cuando la mayoría está en su casa haciendo una pequeña siesta.
_ No, le dije que eres una persona interesante, y que me acompañas a caminar para no hacerlo sola, en esta parte que es tan solitaria, y así después de almorzar no me acuesto, sino que me voy a hacer la digestión caminando y no practico el sedentarismo que lo que me hace es engordar y no puedo darme el lujo de engordar.
_ Y eso que no se puede dar el lujo de engordar.
_ No, después del grado, porque si no pierdo la ropa de ese día y ese día quiero parecer una miss.
_ Bueno ya tú eres una miss, eres miss compañía y miss amiga preciosa.
Llegó el ascensor, a ella el par y a mí el impar, nos despedimos con un fuerte abrazo de su parte para mí y de un beso en la mejilla, recordándome que le avisara si iba a caminar mañana.
Como siempre, llego al apartamento, pero esta vez estaba algo pensativo, no sé qué era, pero era algo que me alegraba y me preocupaba, la amistad con Adele era bella, pensaba que era muy inocente, de mí parte no había malicia, más vale algo de timidez, pero Adele era más expresiva, y más directa en su actuación. Bueno dejemos un rato de pensar en Adele y vamos a arreglarnos para irme, eso es lo que pensé, esta vez me lleve el carro de Alejandra, para ahorrarle el tiempo que le dedica a su trabajo académico. Llego a la universidad, y a mi oficina, como siempre reviso el correo para ver si hay alguna noticia con respecto a las actividades universitarias. Me consigo a Lisandro que va llegando de su casa.
_ Que fue Mario como esta todo?
_ Bien y tú que tal.
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