Sabanas

in relato •  6 years ago 

Desde que tengo uso de razón, he visto manteles, sábanas, mantas, toallas y cualquier cosa lo suficientemente holgada para cubrir algo, en posiciones extrañas.

No me malentiendan, no le tenía miedo a las sábanas (Cosa rara, considerando la cantidad de cosas a las que les tengo miedo, pero en fin) Simplemente, me parecía extraño que siempre las encontrara en posiciones cuando menos, desafortunadas.

Cuando tenia entre 9 y 10, estaba durmiendo en el apartamento de mis tios, estaba de vacaciones y Mérida era un destino bastante deseable en aquel entonces, a diferencia de la triste realidad que vivimos hoy en día, pero ese es otro tema; aquí lo importante, es tener en cuenta que mientras yo dormía hasta tarde, quizás eran entre las 10 y las 11 de la mañana. Alguno de mis tios, ahora mismo no lo recuerdo, dormía a un costado de la cama, con una de sus piernas notablemente levantada y daba la apariencia de que un espectro que ocultaba su verdadero rostro debajo de las sábanas que lo guarnecían a uno del frío, se elevaba en medio del colchón, buscando aproximarse a nuestro rostro, en un ejercicio de ansiedad que hubiera sido difícil de llevar para un niño, a menos de que dicho acontecimiento, no durase mas de unos cuantos segundos como una impresión casual.

Años antes, talvez tendría entre 6 o 7 años, me encontraba en Barinas, posiblemente en las vísperas de Navidad y la luz se había ido. Mi Tia Maria Isabel, no estaba por ningún lado. Es la menor de las hermanas de mi madre y siempre fue un espíritu... notablemente libre y exageradamente rebelde, pero en medio de sus momentos de cariño, si es que a eso se le puede llamar cariño, aprovecho la arquitectura y la disposición poco cotidianas de su entorno y de la casa de mis abuelos, que conectaba un pequeño tramo del estacionamiento con un portón, pintado completamente de negro, que enlazaba con el patio y con un terreno mucho mas amplio para guarecer un auto. Ella silenciosamente, pasó por entre la puerta para personas del portón, sin hacer ningún ruido (Vaya a saber uno como fue que lo hizo) Y nos sorprendió a todos con una manta negra, con triángulos multicolores, que la hacía parecer esa clase de espanto que uno de niño, no desea encontrarse. No recuerdo si los adultos se reían o si por el contrario, encontraron dicha broma desagradable. Pero la táctica le funciono, y mientras digo esto, no puedo evitar tener un halo de nostalgia y sentimentalismo al recordar tiempos económicamente mejores. 

Una anécdota mas, que no tiene nada que ver con las sábanas, sucedió cuando tenía 13 años y Mérida ya no era tan seductora como antes. Me encontraba durmiendo en el cuarto de mi nueva casa, y la cama, se encontraba contra la pared a pocos pasos del escritorio de la computadora. Dicha computadora, tenía su silla de escritorio siempre en contra de la pantalla del monitor y poco mas. Un entorno bastante normal.

Lo que era normal para mí, durante esos años, era despertarme como si mi reloj biológico estuviera programado para sentir la necesidad de abrir los ojos a las 2 o 3 de la mañana. No por una impresión, no por un espanto, simple y llana programación.

Generalmente, solo veía mi cuarto a oscuras y poco mas, pero aquella noche vi algo mas.

Por escasos espacios de segundos, observé a mi padre, sentado, de frente a la computadora, en una posición de cansancio, como si estuviera trabajando. Fue un parpadeo, cuando volví a abrir los ojos, él ya no estaba ahí. Pero me pareció cuando menos curioso, que una visión tan familiar, me hubiera provocado miedo.

Quizás no fue por lo familiar, sino por lo atípico, y es que, supongo que todos nos sentiríamos incómodos, si vemos algo habitual, en un entorno habitual, y haciendo algo habitual en un momento, que definitivamente no es el habitual.

Y posiblemente eso también aplique a las sábanas.

Y a todo lo demás.

Solo te digo,  que si alguna vez, ves algo que está acomodado de tal forma que pareciera haber querido darte una impresión, no lo tomes como algo circunstancial.

Demasiadas coincidencias, suelen querer dejar un mensaje.

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