Mi primera vez
Aquella noche decidí irme caminando, no sé si porque no soportaba la idea de quedarme allí, con ese grupo de niños o porque simplemente era una de esas noches en que podía avanzar sin nada que perder. Horas antes había dejado de luchar por esa chica que me seducía con sus encantos y luego me rechazaba sin piedad; a fin de cuenta ella ni me quería.
Después de perder de vista la hoguera donde me encontraba reunido, me paré y contemple el cielo, por primera vez en 1 año no pensaba en ella, había roto las cadenas emocionales y era libre; entonces sentí paz, al bajar la mirada me di cuenta que tenía que empezar de nuevo, mi obsesión terminó, ya no pasaría mis horas imaginando ¿cómo la conquistaría?, ¿Cómo serían mis noches con ella? , ni buscando imágenes de ella en la web, ya no esperaría su llegada a la oficina, y ni siquiera una respuesta piadosa en un mensaje electrónico.
Luego de caminar sin rumbo sumergido en mis pensamientos , regresé a la realidad al escuchar el grito de una chica cerca de donde me encontraba, en la avenida universidad, en ese momento solo actué corrí guiada por el sonido de su voz y la vi, sujetaba fuertemente su vientre con sus manos apoyada en un árbol, tratando de hacer algo la acosté en el césped, ella era rubia cabello corto hasta los hombros, senos grandes , con una cintura provocativa que se dejaba notar por su ropa ajustada a su cuerpo perfecto, que se desangraba, estaba apuñalada, fue por eso que me arrodille frente de la muchacha, la mire directamente a sus ojos verdes y fue entonces cuando pude leer sus pensamientos , deseaba morir.
Le dije yo te ayudaré espera y una mueca se dibujó en sus labios sensuales que yo vi como una sonrisa, me levanté del suelo, caminé un poco y conseguí la ayuda que necesitaba, una roca casi del tamaño de mi mano, fui nuevamente hacia ella me incliné y escuche como pedía que terminara con su vida.
Así que como el que ¡TE SALVA DE LA MUERTE! ¡YO LO LA SALVE DE LA VIDA!...
Le rompí el cráneo como el niño que en navidad abre por primera vez una nuez, escuchando el crujir de su concha una y otra vez, finalmente me fui sintiéndome un héroe.
-.Mi nombre es Verónica.
Quiero confesar que no lo hice por ser impulsivo o perverso solo quise salvarla de su sufrimiento.
Pero durante los siguientes años todo fue diferente, me volví ingenioso y sagaz, supe que nadie me atraparía me dedique a crear mis propias reglas, a pensar estrategias, comencé a divertirme, descubrí que tenía un don, lo que es para usted un lado siniestro o quizás me ve solo como una enferma mental.