La llamada ideología de género, o derecho de la igualdad de las mujeres, o el derecho a elegir nuestro sexo, son un cúmulo de cosas, un batiburrillo de ideas que se están imponiendo día a día cada vez más en la sociedad, tanto en adultos como en jóvenes.
Lo primero que me sorprende de todo esto es la cantidad casi ilimitada de cambios que enuncia este movimiento feminista. Y como la gran mayoría de las veces que surgen este grupo social, no es ni más menos que un resultado de una ingeniería social perfectamente estudiada, planificada y ejecutada. Díganme si no, qué lógica tiene el reivindicar los derechos laborales de la mujer, con desnudarse el torso en medio de una plaza pública, es mezclar manzanas con coches. No hay por dónde cogerlo.
Desde aquí llamo a la verdadera reflexión, y al conocimiento verdadero de los hechos, y no a los datos que vomita la prensa para conseguir tal o cual objetivo.
En esta pasada Semana Santa, el cura de Tobarra nos dejaba las siguientes líneas a la reflexión:
»La ideología de género se está imponiendo como la única visión posible y se está imponiendo sin darnos cuenta. Esta ideología afirma que no hay diferencias entre varón y mujer, y que el sexo biológico no afecta para la identidad sexual. Que cada uno puede configurar su género según sus deseos, emociones y sentimientos.
»En el Parlamento español existe un proyecto de ley que tiene una gran relevancia para imponer en todos los niveles y en todos los campos esta visión del hombre, y hablo para imponer, no para proponer. Incluye hasta un sistema de vigilancia y de sanciones para quien no lo acepte. ¿Es propio de un sistema democrático imponer una ideología, coartar la libertad de opinión y de búsqueda científica de la verdad? ¿No es esto más propio de una dictadura o una Inquisición?
»En otras comunidades y en la nuestra próximamente, en el próximo curso habrá una asignatura que adoctrina sobre esto. ¿Respeta esto el derecho a la educación de los hijos, que es de los padres antes que los gobernantes? ¿No recuerda más bien las asignaturas, Espíritu Nacional, que nuestros mayores estudiaron en la dictadura?
»¿Cómo es posible que se desconozca u oculte que esta ideología ha sido cuestionada en otros países, como ejemplo en Noruega donde desde 1970 se aplica porque no tiene base científica. ¿No se sabe que en Italia incluso el cofundador del renovado Partido Socialista, Adinolfi ha escrito un libro desmontando esta ideología y diciendo que no es un proyecto de ningún partido e ideología?
»¿Por qué se desconocen los estudios científicos suecos sobre el alto nivel del suicidios y trastornos psiquiátricos en quienes se someten a hormonación y operación de cambio de sexo y que son personas que siguen sufriendo porque lo que se les ha propuesto le habría herido más tal vez?”.
»¿No sería mucho mejor guiarse por estudios científicos que existen, valorar las consecuencias de actuaciones y terapias, buscar soluciones que no rompan la unidad y la dignidad de las personas?
»En nuestra relación con nuestro cuerpo, con nuestra afectividad y nuestro ser sí hay límites, los límites propios de nuestra naturaleza humana y de nuestro ser personal.
en definitiva queridos lectores, seamos seres civilizados, racionales, humanos y movidos por el amor de nuestro corazón hacia los demás.
Que Dios esté en sus corazones.
