Mis 53 años llegaron. Nada extraordinario en celebraciones, pero suficiente para celebrar: un par de cervezas con mis amigos latinos: los chefs Andrés, chileno; y Gustavo, argentino. Con ellos compartí jornadas en el restaurante Picada. Desafortunadamente la situación de las protestas hice que Picada cerrara.
Hoy he agregado otras cervezas con Jorge, mexicano en camino a la residencia hongkonesa.
Bueno, simple, sencillo. Lo más importante es que mi familia ya vendrá en unos días a Hong Kong. Aunque aún faltarán trámites por hacer, pero las cosas avanzan poco a poco.
Mientras tanto, también esperando que la crisis del coronavirus disminuya...
Gracias a la vida por darme cinco décadas de existencia, y pisando tres más de lo que sigue.
Qué más se puede pedir?
Seguir aprendiendo cada día.
Cada día, un sol cosechado.
Alfredo