¿Reglas? ¡Por supuesto! Pero no las prediseñadas, y que me son impuestas por terceros..., terceros que no avizoro aún teniéndolos al frente.
¿Reglas? ¡Por supuesto! ¡Todas!
Las reglas que mi corazón construye desde el amor y la lógica, desde la lógica y el amor.
Las reglas de un hombre que intenta vivir y amar a sus semejantes, y no tan semejantes.
Las leyes que construyo y reafirmo día tras día en este plano físico.
Las reglas que me permiten entender..., o tratar de entender cuanto me rodea.
Las reglas que atesoro cual pergamino único y valioso tras un voraz incendio.
Las reglas que, sin decir más, son mías y no de otros.
Mis reglas.