Lesión es el daño o alteración en alguna parte de la estructura corporal. Las causas pueden ser múltiples.
Las lesiones óseas son anomalías en el crecimiento o estructura de un hueso. Fracturas, fisuras y periostitis (inflamación de la membrana que recubre el hueso), son las más comunes. Dentro de las causas principales se encuentran las heridas óseas, traumatismos, osteoporosis, quistes y/o tumores.
A nivel muscular las lesiones más frecuentes son los desgarros, calambres, contracturas y contusiones, provocados por malnutrición, deshidratación, obesidad, debilidad muscular, sobreesfuerzo, golpes y rupturas del tejido.
Las afecciones articulares involucran ligamentos huesos y tendones. Dentro de ellas se encuentran la artrosis y artritis, producidas por golpes, obesidad, sobrecarga de actividades, desgaste del cartílago, entre otros.
Prevención y tratamiento
Para mantener la salud corporal es primordial ejercitarse correctamente. Calentamientos previos e hidratación son obligatorios. La actividad física ayuda al fortalecimiento muscular, articular y óseo, evitando el sobrepeso y haciendo las articulaciones menos propensas a lesiones.
Contar con buena nutrición es necesario para curar, regenerar y fortalecer todos los tejidos. Los aminoácidos ayudan a la cicatrización muscular, de huesos y ligamentos. Es recomendable consumir productos lácteos, huevos, carnes, pescado, legumbres, frutas, vegetales, cereales, proteínas, vitaminas A,C, D, E y Omega 3.
Al momento de sufrir alguna lesión es importante tomar en cuenta algunas recomendaciones como primeros auxilios: Inmovilizar la zona afectada, aplicar frío local, esterilizar y vendar si es necesario.
Recurrir a un especialista del área y seguir sus instrucciones siempre será la mejor opción para una rápida rehabilitación.