Alrededor de temáticas religiosas con el inicio pagano que nos invita a evangelizar y difundir como en aquellos tiempos de fecundo cambio y conversión en la actualidad...
Muchas veces lo que menos vale, lo que más rechazamos, o la misma humillación, nos traen las más grandes bendiciones y las más grandes felicidades. En la actualidad esa idea es la llamada fórmula de déjalo atrás o suéltalo.
Algo que no es necesario en muchos casos ver un video y entenderlo... Para estas y otras reflexiones sigamos dejando huellas, ayudemos y cambiemos cosas. Primero en nosotros y fundamentalmente en cada uno.
Así el mundo habrá cambiado más de lo que queremos y de la mejor manera, a la nuestra sin molestar mucho a otros.
Ahora volviendo a la realidad de lo religioso y de lo que vimos en el cristianismo.
San Lucas nació en Antioquía y era pagano. Ejercía la medicina y también fue pintor. Es célebre un cuadro representando a Nuestra Señora, atribuido a él. Luego con el desarrollo del mismo movimiento, se tornó el patrono de los médicos y los pintores. Además del Evangelio que lleva su nombre, escribió los Hechos de los Apóstoles.
"Se cree que la Santísima Virgen le haya revelado varias cosas importantes. De hecho, debemos a San Lucas el conocimiento de muchas preciosas noticias sobre la infancia de Jesús y la misma Bienaventurada Virgen."
Predicó el Evangelio en Dalmacia, Italia, en las Galias y finalmente en Macedonia y Grecia, donde fue martirizado, teniendo 84 años. Su fiesta es conmemorada el 18 de octubre.
Conforme Sedulio - poeta católico del siglo V --, él guardó, como San Pablo, la virginidad perpetua. San Lucas es representado por el toro porque inicia su Evangelio, después de un breve prólogo, hablando de las funciones sacerdotales ejercidas en el Templo por Zacarías, padre de San Juan Bautista. Antes de Cristo, en el Templo de Jerusalén se hacía a Dios sacrificios donde eran ofrecidos en holocausto animales, entre los cuales el buey o toro.
San Juan no era pobre, sino rico. Más que nada debemos recordar que San Juan era pescador y vivía en cierta abundancia. Su padre, el Zebedeo, "poseía varias barcas y su negocio era muy próspero para permitirle ocupar diversos trabajadores".
Su madre se llamaba Salomé y era una de las santas mujeres que acompañaban y servían al Divino Maestro. Ella fue fiel a Nuestro Señor hasta la crucifixión (cf. Mt 27, 56). Su hermano también fue Apóstol: San Santiago el Mayor.
Diversos autores afirman haber sido de familia sacerdotal, pues tenía entrada libre en el palacio del sumo sacerdote y era conocido de Pilatos.
Fue discípulo de San Juan Bautista y, juntamente con San Andrés, se tornó uno de los primeros Apóstoles en seguir a nuestro Señor.