Me encanta ver series de televisión, desde muy joven he tenido esta costumbre adoptada de mi hermano Victor, sin embargo en los últimos años se me ha hecho cada vez más difícil el proceso de selección de un nuevo seriado, durante cierto tiempo él y yo nos sentábamos a ver cada estreno que ofrecían los diferentes canales de cable, veíamos las opiniones de medios y programas especializados a partir de los cuales iniciábamos nuestra preselección y ya, el paso de los capítulos dictaba el resto. Pero cada quien tomó su ritmo, cada quien fue descubriendo con cuales tipos de series tenía mayor afinidad, y aunque él es exigente con lo que ve, yo poseo mi propio grado de exigencia, por este motivo de un tiempo para acá me resulta cada vez más difícil ver un drama, thriller, comedia o cualquier otro, quizás sufro de lo que muchos padecen, no encuentro un programa que llene ese vacío que dejó Lost a pesar de que ya han pasado varios años desde el final de la misma, el nivel que tenía Fringe también me dejó cierto vacío tras su prematuro final, y de ahí en adelante solo me han entusiasmado sobremanera dos seriados más, Bates Motel y Hannibal, actualmente tengo Westworld que recién culminó su segunda temporada y estoy apenas conociendo Game of Thrones por un reto/compartir que llevo con mi pareja, y es precisamente gracias a ella que me encuentro (por su sugerencia) con esta interesante serie que aborda una cultura que siempre me ha llamado la atención a la que nos asoman mediante el recurso del viaje a través del espacio tiempo, y si aún no me ha entusiasmado como las antes señaladas, sin duda cada capítulo que veo genera un gran interés en saber cómo continuará la historia así que de momento les contaré cómo estuvo la primera temporada de Outlander…
Luego de los eventos de la Segunda Guerra Mundial, la enfermera Claire Randall y su esposo Frank se reúnen después de muchos años separados como consecuencia del conflicto bélico, ahora aprovechan esta nueva oportunidad de estar juntos para vacacionar en las tierras de Invernes, Escocia. Horas después de ver cómo se lleva a cabo un tradicional rito Druida en medio de las piedras paradas en Craigh na Dun, Claire vuelve al sitio en horas de la noche y llevada por un curioso sentir toca una de las piedras antes mencionadas para despertar horas después en el suelo. Más pronto que tarde se ve en medio de un enfrentamiento entre Casacas Rojas ingleses y rebeldes de las Montañas Altas (Highlanders), entre la confusión se encuentra con Black Jack Randall, capitán de los Dragoons, el doble de su esposo Frank, pero antes de que este pueda abusar de ella como se lo proponía es rescatada por Jamie Fraser, un escocés.
En cuanto tiene la oportunidad Claire vuelve a colocar el dislocado hombrado de su salvador, así como curarlo de una herida de bala y posteriormente ella es llevada al castillo de Leoch donde se da cuenta que de alguna manera ha viajado en el tiempo pues se encuentra en la Escocia del siglo 17. ¿Pero cómo lo ha conseguido? ¿Será solo un sueño? ¿Cómo hará para regresar con su esposo al siglo XX? ¿Sus acciones tendrán alguna repercusión en el curso de la historia?
Ya de inicio la premisa me parece muy atractiva como fanático de las historias sobre viajes en el tiempo y su lógica dentro las canones de la realidad en la misma historia. No dejé de pensar en ¿qué pudo haber causado el viaje de Claire? ¿No se trataría del efecto de secundario de algún tipo de alucinógeno usado durante el ritual? O si lo hacemos más interesante. Su esposo es un historiador, por él conoce mucho sobre los sucesos que ahora se encuentra enfrentando en esta nueva vida que tiene, y así pronto lo va dejando ver ¿es capaz de cambiar el curso de la historia? ¿Qué sucedería si intenta intervenir en un hecho de gran repercusión? Digo, después de todo ella ya es una variable dentro de la ecuación, una pieza que no debería estar en ese sitio… ¿o acaso debería? Porque uno de los subtítulos que acompañaron la promoción al menos de esta primera temporada es: "What if your future was the past?" (¿Qué sucedería si tu futuro fuera tu pasado) como se lee en la foto del poster que coloqué como cabecera, ¿este viaje de la protagonista siempre tuvo que suceder? ¿Ese es su futuro?
Sin embargo estas ideas se van abordando de a poco mientras avanza la temporada, lo importante en la primera mitad es el ¿Cómo regresar a mi tiempo? ¿Cómo sobrevivo a estos tiempos violentos? ¿Cómo paso desapercibida? En esa constante angustia vive nuestra protagonista desplazada del tiempo al que pertenece. Así, las circunstancias y la buena suerte la llevan a vivir muchas experiencias que jamás imaginó tener la oportunidad de ver, es de esta manera como la situación la lleva a tener que casarse con el joven Jaimie, y no conforme con eso, el lidiar con su nueva realidad, engañar a su esposo quien la busca incansablemente debajo de cada roca del siglo XX.
Aquí sucede lo casi inevitable y entramos en uno de mis terrenos favoritos al echar cabeza a una historia, el desarrollo de los personajes, Claire no ve manera de volver a su tiempo, hay una oportunidad que parecía ser la oportunidad y por los motivos que sean no pudo darse el regreso al siglo XX, ella poco a poco se resigna a una vida que no tenía planeada tres siglos en el pasado, ooooo… ¿Le está gustando la cosa con este joven que anda con ella de un lado a otro? La cosa es que la cabeza no manda sobre el corazón y poco a poco termina convirtiéndose en cuerpo y alma en la señora Frasier ¿Qué hay del pobre Frank que se quedó en el futuro buscando desesperado a la mujer con la que se casó? ¿Claire se olvidó por completo, por convicción y por influencia de la terrible persona que es el Black Jack Randall que cada cuanto se encuentra en el pasado? De cualquier manera Claire avanza con su nueva vida como mejor le nace. ¡Af! ¡qué rollo!
Pero no todo es Claire, también vamos conociendo del joven Jaimie y todas las tragedias que le toca vivir a su familia como obra y gracia de los caprichos de Randall. La historia del escocés es terriblemente dura, en unas tres ocasiones tuve que voltear a un lado no sólo por la dureza visual en algunos de los momentos más difíciles del personaje, sino por la compleja situación a nivel mental que tuvo que enfrentar el mismo. Cómo Randall se alza por mucho como uno de los personajes más cruentos que he visto en seriado alguno. Es decir, no solo es una historia interesante y entretenida, sino muy fuerte en ocasiones.
En general el trabajo actoral es una barbaridad, realmente increíble, aquí destaco por un lado a Claire (Caitriona Balfe) y su inesperada necesidad de adaptarse a condiciones inesperadas, pero por encima de todo a Randall (Tobias Menzies) quien es probablemente uno de los personajes con una cantidad mayor de matices, desde un inicio lo vemos como el amoroso e incomparable esposo de Claire, un hombre culto, respetuoso como ninguno, pero cuando echamos una ojeada a su versión de hace tres siglos nos encontramos con su antítesis en todo lo que pueda significar esa palabra, es un personaje que pasa del típico villano ruin y sádico, a un patético y humillable ser para finalmente convertirse en alguien totalmente enfermizo y repugnante. Ojo, sin menospreciar al resto del cast, entre ellos desde luego Sam Hueghan quien interpreta a Jamie Frasier.
La dirección actoral, la fotografía, la música y el baño cultural/folklorico sobre aquellos años en Escocia hacen de esta serie una verdadera delicia del entretenimiento, esta serie está basada en una serie de libros escritos por Diana Gabaldon, toda una joya que apenas está comenzando a avanzar y que esperemos se siga adaptando hasta su libro final. Totalmente recomendable.