Confiar.
Esa palabra, aunque es muy corta carga con mucho. Ciertamente la confianza para mi, y tal vez para muchas personas, es algo muy exclusivo y significativo, no cualquier individuo puede carga con ella. Más allá de contar un secreto, de abrirse con una persona o incluso de otorgarle un objeto valioso. Es dar un pedazo de tu corazón, tiene derecho a tu vulnerabilidad.
Por ello lo primero que debe existir en una relación es la confianza mutua.
Es una daga de doble filo, es otorgar el derecho a querer y destruir al mismo tiempo, por ello todo este tema tiene que ver con las relaciones sociales.
Inocentes, mucho lo somos al entregar la confianza, con la esperanza de que la otra persona tenga el mismo grado de bondad que tú, no podemos ser generosos al repartir nuestra confianza con cualquier persona que se nos crucemos por el camino.
Es muy difícil saber que quien confiar, debes primero equivocarte con varias personas, nada en esta vida es fácil, tendrás varios tropezones, muchas piedras habrán en el camino, pero tu cerebro se volverá mas selectivo y calculador, te ayudará a escoger a las personas adecuada en las cuales puedes entregar tu confianza con total libertad. Es como disparar en un capo de tiro, los primeros intentos fallaran, pero tras prácticar y calcular, darás en el blanco. Es como analizar a la personas a la cual le darás tu vulnerabilidad, que tan buena o sincera es esa persona.
Me he equivocado tantas veces que he perdido la cuenta, me he alejando de mucha gente de la cual al principio creí que llegaríamos a viejos y seguiría la amistad, y ni hablar de relaciones, es por ello que estoy soltera.
A los 14 años tuve mi primer novio, un chico de pueblo, nada fuera de lo normal. Como toda relación, los primeros meses fueron lo más bonito, sin embargo él tenía "amigas" y como era celosa, pero no psicópata, intenté hacer que las chicas con las cuales él solía hablar fueran también mis amigas.
Una de ellas vivía cerca de él, y ciegamente empecé a hablar con ella y me caía bien, le abrí las puertas de mi casa, la ayude con sus problemas incluso tareas del colegio. Con ella todo iba muy bien, pero la relación con mi novio decaía, un problema venía con otro, y todo por rumores llenos de mentiras, total, falsos testimonios. Recibía mensajes ofensivos sobre nuestra relación, acusándome de ser infiel, número desconocido por supuesto, tantos mensajes que ignoré.
Después de varios meses, mi relación acabó. Un mes después de nuestra ruptura entendí todo, ella empezó a salir con él, a los pocos día se hicieron novios, y después de un tiempo me enteré que ella hablaba le mal de mi, que las inseguridades que mi novio tenía sobre mi las había creado ella. Los mensajes ofensivos eran escritos por ella desde el número de su casa. Era un a moneda, esa chica menor que yo había planeado un plan para lograr nuestra separación, y su objetivo era quedarse con mi novio siendo hipócrita.
Claro, no dejaré a un lado que también el tuvo culpa en todo este cuento. Pero saben el punto que quiero resaltar. Tal vez en otro texto les continuaré y daré más detalles de esa amistad y relación tóxica que tuve. Concluyo cintando:
"Ama a todos, confía en unos pocos, no le hagas mal a ninguno" (William Shakespeare)