De alguna manera creo que todos los seres humanos actúan bajo principios automáticos en los que el cerebro después de procesar información que se repite en el tiempo (monotonía) es capaz de ejecutarla por inercia. Recuerdo que cuando aprendí a montar en bicicleta, mi mente estaba centrada en los pedales y el volante, cruzando en el momento adecuado y pedaleando correctamente pero haciendo tantas veces que ya no pensaba en estos factores y parecía que el cerebro gobernaba la bicicleta sin que yo tuviera que pensar siquiera en cómo montarla. De hecho, puedes montar en bicicleta o en cualquier otro vehículo que al principio requería concentración sin dedicar la más mínima atención y dejar que nuestros cerebros actúen por hábito, en mi opinión, ¡es un descuido!
Pixabay
Las tareas repetitivas a menudo causan muchos accidentes y es que el cerebro toma estos eventos como si de un algoritmo (proceso por el cual cada vez que sigues los mismos pasos alcanzarás el mismo resultado sin importar cuántas veces lo hagas) se tratara un problema, el problema es que la vida no es un algoritmo y hay muchas variables que pueden alterar el curso de las cosas, por decir un poco más claramente que si estamos haciendo una actividad repetitiva, nuestra fuerza y concentración no será la misma cuando lo hacemos por primera vez cuando lo hacemos cuando lo hemos hecho un montón de veces.
Pero el problema no es sólo físico sino también mental porque nuestra mente tiene la capacidad de "acostumbrarse" pero la vida real está cambiando, por poner un ejemplo suponga que usted ha estado conduciendo su propio vehículo durante 5 años y en ese tiempo nunca ha conducido otro, el suyo funciona al 100% y es un vehículo pequeño pero de repente se le entrega otro vehículo más grande y con problemas en la dirección que hace que cruzar requiera más esfuerzo. Lo que va a pasar en primer lugar es que no te vas a sentir cómodo en el nuevo vehículo y quizás puedas tocar otros vehículos mientras intentas pasarlos, todo esto va a pasar porque tu cerebro querrá conducir el segundo vehículo como si fuera el primero por costumbre.
Pixabay
Cuando vemos todo desde el punto de vista que he planteado, podemos decir que hay dos maneras de hacer las cosas:
1.- Cuando usamos nuestra concentración en lo que hacemos y estamos atentos a que todo vaya bien, en este caso podremos notar cualquier cambio en la naturaleza, en nuestro cuerpo y en el medio ambiente y ofrecer respuestas rápidas que puedan resolver la situación.
Cuando dejamos que la costumbre haga las cosas por nosotros, en este caso vamos por la calle pero nuestra mente está en otro lugar e incluso podemos pasar cerca de alguien conocido y ni siquiera notarlo porque no estamos concentrados en nuestro entorno sino que ponemos nuestro cuerpo en modo de "piloto automático". En este caso es cuando un cambio en la variable produce errores que terminan incluso en accidentes.
Pixabay
Pensando en lo anterior puedo decir que la costumbre es un descuido porque cuando nos acostumbramos a algo que terminamos descuidando (quitándonos la atención) y deja de ser importante para nosotros, es algo que sucede no sólo en nuestro trabajo sino también con nuestras familias y parejas, casos en los que la monotonía comienza a reemplazar al amor y luego los besos y las sonrisas se vuelven automáticos. Con el paso del tiempo ya no damos importancia a los seres queridos y causamos daño a los que nos aman y a la larga nos hacemos daño a nosotros mismos.
Cuando haces cosas en "modo piloto automático" estás renunciando a tu vida para dejarte llevar por la corriente de la costumbre. Las nuevas ideas sólo llegarán cuando empieces a vivir tu vida concentrándote en lo que haces, tendrás nuevas ideas y seguro que será diferente porque estás tratando con atención e interés los fragmentos de tiempo que la vida pone frente a ti.
Espero que este mensaje les haya sido útil, gracias por leerme y hasta una próxima oportunidad. Que Dios bendiga su vida.