En la publicación pasada manejamos el tema de la economía emocional, así como su nombre lo indica es como nuestra relación con el dinero depende de la empatía y valoración personal propia, en otras palabras es la influencia de nuestra autoestima en el área financiera. Ahora que ya aceptamos que esto pasa vamos a profundizar en la inteligencia financiera, que consiste el desarrollo de habilidades que influyan positivamente a en nuestra área económica. Es decir, ya sabemos de las emociones ahora vamos a canalizarlas mejor. Una vez mas les hablo desde mi experiencia personal, lo que me ha funcionado, con la intención de ayudarte a avanzar en tu proyecto de vida.

La inteligencia financiera es un proceso que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, dependiendo de nosotros su desarrollo, por lo tanto esto también lleva su ensayo y error. Es decir, las decisiones económicas que tomes tendrán un resultado bueno o malo, lo importante aquí es cómo reaccionas ante esa consecuencia y vuelves a tomar otra decisión que se dirija a la funcionalidad esperada. Para ello, el entendimiento de conceptos básicos es fundamental:

Riesgo, este representa los distintos desaciertos o dudas de la acción. También tenemos la rentabilidad que es la capacidad de la inversión de generar ganancias. Dependiendo de tu objetivo se elige entre una de ellas para tomar la decisión financiera; a criterio personal considero que la ganancia siempre estará, porque a pesar de que el resultado en cuanto a bien material no sea el esperado igualmente obtienes la experiencia para tener en cuenta una próxima vez evaluando también los otros factores, por eso como se mencionó en la publicación anterior, determinar un objetivo y valorizar tus habilidades es el primer paso porque te puedes quedar sin dinero pero tu talento y deseo siempre están contigo.

Por eso el primer consejo es que a pesar de que la necesidad económica sea abrumadora, haz las cosas no por el dinero, hazlo por el poder de crecer en esta nueva experiencia, de la confianza en tus habilidades y moverte a otro nivel. Que el punto focal sea tu crecimiento personal y logro de metas. Más allá que hacer dinero.

Observa las necesidades del mercado, identifícalas para abordarlas según tus necesidades y habilidades.

Arma tu plan de negocio, esto es el resumen de lo que estás consolidando: objetivo, misión, descripción a quien te vas a dirigir (tu mercado objetivo), detalles de lo que ofreces (producto o servicio), los integrantes si estás en sociedad con otros, los costos de elaboración y estimación de ganancia financiera para cierto plazo.

Empieza con lo que tengas, cuidando tu calidad, esto es más importante que la cantidad. Muestrale al mundo lo que haces sin esperar mucho por tener el ideal hecho en tus manos, da el primer paso a demostrar tu credibilidad, eso nos lleva al próximo item.

Al momento de hacer una entrega puedes dar un poco más de lo que te han pedido, es un manera de enganchar al cliente, también estarás presentando otro producto y servicio.

Ten en cuenta que las finanzas de tu negocio no son tus finanzas personales. Lo que empieces a obtener es importante reinvertirlo en tu proyecto, gastarlo todo impulsivamente no tiene sentido una vez que internalizamos el objetivo.

Si se trata de armar equipos, entonces los egos deben quedar de lado e invita a aquellos que admires, que tienen las mismas o más ganas que tú de llevar adelante esa idea. Sobre todo que tengan el interés de aprender y compartir conocimientos en pro del proyecto. Las alianzas y apoyos son fundamentales para mantener el norte.

Dale un valor agregado a los socios, que no sean solo por dinero, porque los banco y otros métodos de financiamiento pueden cubrir esa parte. Considera socios que puedan aportar a nivel estrategias, personas y otras áreas de interés.

Evita tomar decisiones o hacer alianzas sin entender la negociación antes, así te prometan grandes ganancias. Las palabras raras y letras pequeñas pueden ser un real dolor de cabeza, por eso te recomiendo ser y pedir que sean los más claro y transparente posible en el planteamiento dejándolo por sentado en firma y papel.

Tú eres el principal defensor de tu proyecto, acepta sugerencias, cambios, correcciones. El objetivo evolucionará, pero cuidando siempre que sea lo que tu te estas planteando para llevarlo a otro nivel, es decir ten cuidado de perder la emotividad y finalidad por la que iniciaste este camino.

Documenta lo que estás haciendo, tu crecimiento y el de tu proyecto. Comunícalo en los distintos medios de promoción y difusión. Aprovecha las redes sociales para llegar a más personas, así también estarás educando y atrayendo futuros clientes.

Asume las competencias como impulso para mejorar lo que haces, olvida la rivalidad. El objetivo no es crear malestar, es llevar tu labor a otro nivel.

En cuanto a los clientes, pues los hay de todo tipo, sin embargo un trato educado y personalizado según sus necesidades es la clásica y acertada manera de relacionarnos con ellos.

Sé paciente. Este es un proceso de aprendizaje y avance bastante profundo que lleva su tiempo, disfruta cada paso. Resalta el objetivo cuando las emociones desborden.

Como puedes ver la inteligencia financiera no se trata de preocuparte en exceso por tu economía, es sobre hacer lo que te gusta con determinación, constancia y paciencia. El éxito no es de la noche a la mañana, parte de los pequeños triunfos en tus decisiones y acciones diaria. Un día verás que lo has logrado y lo que recorriste ha valido la pena, así que más vale empieces a disfrutar y consolidar tu objetivo para que trabajes en él, también continúa educando tu inteligencia financiera y así rompas el paradigma de que el dinero es malo.

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Las imágenes fueron realizadas usando la aplicación Canvas.

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Muchas gracias por leerme.

Afrika Lienzo