COMO SE ENAMORA UN CIEGO

Hace algunos años, en un estado de enamoramiento, imaginando que caminaba en las nubes con aquella dama de ojos color cielo, de cabellera dorada, de tés blanca y suave que había atraído totalmente mi atención y que comparaba con todo lo bello que hay en la creación, pues no había una flor ni una rosa ni una estrella que fuese más hermosa que esa Chica.

En ese estado de ensoñación, recuerdo a mi amigo Miguel, quien nació ciego, y me dije: ¿Como hace un ciego para enamorarse?: sino ve formas, ni colores, como puede Miguel ir enamorado de la vida y de una mujer sino las ve, y tiene que sentir profundo como ando ahorita ilusionado con el amor, pues además es músico y cantante.

Entonces llame a Miguel y le pedí con la confianza y amistad que nos dieron los años, envíame un escrito donde me expliques: como hace una persona ciega de nacimiento para enamorarse, y días después envió esto:

PORQUE NOS ENAMORAMOS
Si alguna vez te haz enamorado de un cantante por sus canciones, de un escritor por sus libros, de un poeta por sus poemas o de alguien que te escribe por la Internet, para ti es este mensaje.
Como dijo un gran Sabio: “El Amor comienza con un destello de simpatía, se consubstancializa con la fuerza del cariño y se sintetiza en Adoración”. Que aseveración tan exacta la de este sabio.
Estando en la intimidad de mi habitación en franca conversación conmigo mismo, me pregunte: ¿Siendo ciego como hago para enamorarme? ¿que me gusta de la otra persona? ¿Que es lo que me atrae?: entonces llegaron a mi, pensamientos de las veces que me e enamorado, las veces que alguien me ha gustado.
Confieso que no fue nada fácil conseguir la respuesta a mi interrogante. Bueno como dijo el Poeta: “No se porque, no se porque me enamore de ti, sin conocerte siquiera, sin saber como eras”… Pensé, reflexioné y busque detalles en cada una de ellas y encontré tantas cosas bellas, hermosas, cautivadoras, tal vez incomparables; como el tono de su voz, su perfume, su risa, la cadencia de sus palabras, un suspiro, una sonrisa entre dientes, su forma de tratar, incluso silencio majestuoso de su presencia y tantas cosas lindas que me hacían repetirme la misma pregunta una y otra vez; en todo eso tiene que haber algo en común.
Al igual que; ¿Cómo se cuándo que hay sol? Porque siento su calor en mi piel. Por el perfume de una rosa puedo imaginar su belleza, por el canto de las aves, imagino su colorido y hermosura y de ese modo la lluvia, el mar, el paisaje de los campos, etc. Si todo esto tiene factores comunes, mi planteamiento también debe tenerlo.
Bien, después de buscar y buscar recordé un viejo adagio que dice que “los ojos son el espejo del alma”. Pero para mi experiencia personal el Verdadero espejo del Alma es el Corazón, porque allí es donde se reflejan los sentimientos más escondidos y encontrados del Alma.
Es con los ojos del corazón con los que vemos y sentimos al ser amado, es aquí donde sentimos el llamado del Amor, no importando cuan lejos este, ni como sea la persona. Es pues en el corazón donde se reflejan y sentimos la Simpatía que fluye entre dos almas que se buscan.
Después de la simpatía que es como comienza el Amor, viene todo lo demás, miradas, guiños, besos desde lejos, etc., y si carecemos del sentido de la vista, vendrán todas esas cosas que cite renglones atrás.
Esto me hace concluir que todos los seres humanos nos enamoramos de la misma manera y por la misma causa, “la simpatía”, aunque cambie todo lo demás, la persona el escenario etc. Es pues la Simpatía la causa común como nos enamoramos los seres humanos…

           Hasta aquí el escrito que me envío mi amigo Miguel Ángel Duran.

Ahora les voy a mostrar una caricatura, con cierto humor negro, la cual, me trajo a la memoria, una circunstancia de la vida relacionada con el tema del amor de ciegos.

Entraba yo a una estación del metro en caracas, en la estación de la hoyada, un día domingo, así que no iba tan lleno y podíamos vernos entre pasajeros y detallarnos más. Observe que subió en la siguiente estación una dama muy simpática, y detrás de ella viene un hombre poco atractivo y se le sienta a su lado y le toma la mano a la chica bonita, y me dije para mis adentros: ¡vaya¡ a tipo pa feo y con esa mujer tan hermosa de novia, debe ser que la chica es ciega me dije para mis adentros, pero no, la chica veía muy bien, ni lentes usaba.

Seguíamos nuestro desplazamiento, y observaba como ese hombre trataba con una gran ternura y respeto a la dama bonita, y poco a poco entendí la belleza que tenía ese varón y que la dama veía mucho mejor que yo, no solo lo miraba con los ojos físicos sino que su mirada era más profunda, lo hacia con su corazón.

Al bajarme en la siguiente parada, ese el varón me parecía hasta simpático y bonito, y vi una pareja hermosa y no dispareja como la aprecie al principio con el sentido de la vista solamente. Ellos, ambos, se miraban también con el corazón.

Agilnous