Hay que trabajar para vivir, y no vivir para trabajar!

Animémosno a ser trabajadores, sin aferrarnos al trabajo. Actualmente estamos inmersos en una sociedad llena de competitividad. Muchos creen que, para no arriesgarse a perder el trabajo, tenemos que verlo como la cosa más importante en nuestra vida, cubrir horas adicionales, trabajar durante el almuerzo, incluso trabajar los fines de semana. Esta forma de pensar ha hecho que algunas personas descuiden a su la familia y su salud.

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Además hay quienes piensan que lo importante es cuánto dinero ganemos. Esa manera de pensar, junto con el deseo de ganar dinero rápido, ha hecho que algunas personas se metan en negocios sucios o hasta participen en actividades ilegales.

Si trabaja duro y bien, tendrá un mayor sentido de logro y se sentirá más satisfecho.

Otras personas solo quieren trabajar en lo que les gusta o en algo que sea emocionante para ellos. Si lo que hacen no es lo que buscaban o no les apasiona, entonces acaban aburriéndose. Como resultado, tienen una actitud negativa y siguen la ley del mínimo esfuerzo en su empleo. O tal vez hasta rechacen buenas oportunidades de trabajo porque piensen que aceptarlo sería rebajarse.

Tenemos que tener presente que ser un buen trabajador beneficia a otras personas y nos permite tener “una buena conciencia”. Ademas hay que estar claro en que el propósito fundamental del trabajo es cómo nos sentimos, y que podamos conseguir tener los medios para vivir y mantener a la familia dignamente.

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Por un período de tres meses tuve una fuerte jornada de trabajo, de 12 hasta 14 horas al día de trabajo (sin reconocimiento monetario por las horas adicionales). Ese período me permitió ver que no era lo que quería en un futuro, sé que pude haber ocupado un buen cargo, pero fije mi prioridad en mi salud, seguridad y bienestar con mi familia y mi pareja. Gracias a Dios se me presentó una nueva oportunidad de trabajo en la cual me siento cómodo y satisfecho de lo que hago. Permití realizar estas horas de trabajo adicional, porque me sentía comprometido con mi trabajo, por mi sentido de responsabilidad y disciplina. Pero no debemos ligar una cosa con la otra. Debemos de tenerlas presente en cada trabajo que tengamos o estemos realizando. Es un poco confuso, porque realmente están relacionadas con el esfuerzo, dedicación; pero debemos ser muy organizados en estos puntos, para que no salgamos perjudicados más adelante.

A modo personal y profesional, lo que debemos hacer es fijar nuestras prioridades, definir nuestras necesidades basado en un ambiente de trabajo sano y respetuoso, reconociendo el trabajo de todos a nuestro alrededor. No permitir esclavizarnos ni aceptar compromisos laborales que hagan sobrecargarnos de funciones. Entiendo que a veces es necesario hacer unas horas extras, porque hay situaciones que se nos escapan de las manos y salen de nuestro ámbito de control, pero, si lo vamos hacer, hagámoslo con el compromiso de hacerlo bien.

Si han llegado a esta línea despues de haber leido todas las anteriores, se los agradezco.

Saludos!