Si es común que identifiquemos a la soledad con tristeza y desesperación, solo pensemos como se siente un abuelo que en su vejez se encuentra solo y aislados de alguna forma de su familia y de la sociedad.
La soledad en los abuelos, surge de tener muy pocas o ninguna relación social que le produzca satisfacción. Es una carencia que afecta más a quienes no tienen pareja, a mujeres, a personas con menor nivel educativo y económico, así como aquellos que padecen de una enfermedad de alto riesgo.
Una publicación en la revista Heart alertaba que la soledad incrementan hasta un 30%, el riesgo de padecer una cardiopatía isquémica o fenómenos patológicos (Valtorta y otros, 2016). Así como sentir una soledad extrema en la vejez puede aumentar en un 14% las posibilidades de muerte prematura (Cacioppo, 2014).
En fecha 01/10/2018, el ABC de España publico ¨ Actualmente se estima que, entre familiares y profesionales, hay más de 4 millones de personas cuidando a dependientes¨.
Desgraciadamente pocas veces nos hemos puesto a considerar las implicaciones de la soledad en los abuelos, mas allá de lo sicológico y de la forma de cómo participar, aportar y ayudar. En algunos países pasa desapercibido.
Es por ello, que con el fin de sensibilizar y generar una mayor comprensión de las diferentes implicaciones que tiene la soledad en los abuelos; debemos (me incluyo), reforzar individualmente las políticas sanitarias que existe para esta población, en un sentido más amplio e integrador, ya que no se evita la soledad de un abuelo con el simple hecho de vivir con un cuidador.