Capítulo 37 | Alma sacrificada [Parte 1]

in spanish •  7 years ago 

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Ser padre era una de las cosas más difíciles que tuve que hacer en toda mi vida. No era sencillo despertar en la madrugada para cambiarle el pañal o alimentarlo, pasar toda la noche con él cuando estaba enfermo, velar su sueño si tenía hipo o el pecho se le trancaba. Y aunque Naomi hacía la parte más pesada, me acostumbré tanto a dormir toda la noche, que una personita llorado en la madrugada, en ocasiones me asustaba.

Naomi se había convertido en una madre excelente. No la había escuchado la primera vez quejarse de las veces que se levantaba en la noche, lo inflamados que se ponían sus senos, los lamparones bajo sus ojos, los múltiples cambios de humor que tenía el bebé o lo mucho que la cansaba el no dormir lo suficiente, y eso sin mencionar lo que la pediatra nos había comentado sobre los primeros seis meses del bebé.
Según la pediatra, el primer mes era fabuloso, porque le bebé estaba pequeño y no demandaría tanta atención como después, pero aun así era extenuante acostumbrarse a ese cambio tan brusco de vivir solos a escuchar a una personita llorar en la madrugada o hacer de él lo único que nos importaba. Abandonamos un poco más la relación desde que el bebé nació, pero eso no significaba que no la amaba como antes.
De hecho, creí que llegaría a amarla aún más con el bebé. Les sacaba fotos cada vez que podía, dejé de asistir a la oficina para estar con ellos, y me enfrasqué en esa vida paternal que ella tanto quería. Cuidé de Naomi los primeros días, fui quien bañó al bebé la primera vez y me volví un ocho cuando tuve que cambiarle el pañal ese primer día, sin mencionar que debía cuidar su ombligo y ese huequito en la cabeza.
En definitiva, los niños eran una gran complicación, pero nos alegraba la vida.
Esa mañana, después de preparar el desayuno, me di un baño rápido y salí para cargarlo. Dawson era todo para mí en ese instante, y nada más importaba, ni siquiera esa persona que hacía latir rítmicamente mi corazón cada vez que la veía en la calle o cuando la encontré en el hospital. Nos habíamos despedido, así que volvernos a ver no estaba en nuestros planes. Ya todo estaba dicho, y cada quien eligió su camino.
Con Dawson en mis brazos, sentí un boyante amor por su madre. No podía creer que Naomi me diera un bebé tan hermoso como ese, cuando siempre fui un completo desgraciado con ella. Quizá no siempre la vida nos pagaba con la misma moneda o eso que llamaba karma se cumplía. Llevaba años engañándola, y nada malo había sucedido. Nadie sabía de lo nuestro, y después de alejarnos, aún menos sabrían.
Toqué la mejilla de Dawson y le hice cosquillas para que riera. Era un bebé muy risueño, pero cuando se molestaba podía acabar con toda la casa. La última vez tuvo un ataque de llanto que no entendíamos por qué era. Tuvimos incluso que llamar a la pediatra para que nos explicara por qué no dejaba de llorar. Al final de todo lo que le contamos, ella nos dijo que eran gases, por algo que Naomi había comido y no debía.
Por eso afirmaba que los bebés eran una complicación.
Naomi apareció detrás de la puerta de la cocina, con una bata amarrada en su cintura y las sempiternas pantuflas que ya no se quitaba. Tenía su cabello sujeto en un moño alto y su cuerpo olía a leche materna. Pero a pesar de todo eso y mucho más, me seguía pareciendo la misma hermosa mujer de la que años atrás me enamoré, con ese encanto que nunca dejaba de salir y esa mirada de avellanas que me encantaba presenciar.
—Cariño, ¿puedes ir a la tienda?
—¿Qué necesitas? —pregunté al tocar los labios del bebé.
—Pañales, toallas de bebé, cremas contra las alergias, un par de biberones, la fórmula que nos indicó el doctor, un extractor de leche, pañales de tela, avena para mí, un medicamento para los cólicos del bebé, y las compras de la casa.
Pestañeé un par de veces mientras Naomi desglosaba semejante lista. Era impresionante, y la lista no se detuvo allí. Mientras me levantaba y dejaba al bebé en la cuna, ella seguía desglosando cada artículo o comida que debía comprar, y lo peor no era eso, sino que jamás en la vida habría podido grabarme cada cosa. Así que en lugar de intentar recordarlo o llamarla para confirmar, fui a buscar un papel y bolígrafo.
Le pedí que me indicara de nuevo cada cosa. Comencé a anotar como un niño pequeño que hace su lista antes de ir al supermercado. Era demasiado lo que debía comprar, seguido de varias hortalizas y víveres que debían ser específicos para su régimen alimenticio mientras el bebé estuviese pequeño y dependiera de la leche materna. Era una lista del tamaño de una carpeta, y me llevaría un par de horas tenerla lista y regresar a casa, pero no me importaba tardar, mientras lo hiciera bien.
En esos instantes de mi vida me sentía como un niño pequeño que dependía de su mamá y debía hacer lo que ella mandaba o me reprendería. Quizá me estaba metiendo más en el personaje de lo que debía, pero en cierta parte me encantaba que me mantuvieran ocupado y alerta, para así no dormirme dentro del auto a la espera del cambio de luz, porque mi vida era tan aburrida como esperar que las hojas caigan.
Naomi se desplomó a mi lado en el sofá y fue marcando las marcas de los víveres a un lado de los nombres, mientras me recordaba que todo lo que comprara para el bebé debía ser hipo alérgico, sin pelusas ni nada similar. Cualquier otra persona se habría vuelto loca al intentar seguirle el ritmo a Naomi, pero yo llevaba años conociéndola y sabía muy bien cómo era cuando algo la apasionaba al punto de hacer todo por ello.
Y esa era otra cosa que me encantaba de ella. Sabía que podía irme al trabajo en paz, porque ella cuidaría tan bien a nuestro bebé, que ni teniendo veinte años se iría de la casa. Y no porque lo consintiera, sino porque estaría para él hasta el final. Creí que parte de mis demonios se marcharon con ese bebé, y por algunos días los pensé al punto de creérmelo, pero siempre alguien o algo estropeaba los buenos momentos.
—¿Es todo? —pregunté al final.
—Sí, lo siento.
Frotó su frente con el talón de la mano y desplomó su espalda en el suave sillón. Toqué su nariz con mi índice y besé el centro de sus labios.
—No te preocupes, amor. No me molesta. —Sonreí y besé su mejilla—. Iré.
Le di un beso al bebé y salí de casa. Subí a la camioneta, revisé la calle y conduje hasta el supermercado más grande Memphis. La mayoría de las cosas que necesitaba las encontraría en alguna parte allí, comenzando por los artículos para el bebé, y allí me dirigí en primera instancia. Una muchacha muy amable me ayudó a descifrar las indicaciones de Naomi, mientras buscaba una pijama que decía “yo amo a mi papá”.
La muchacha me cobró todo comprado e indicó dónde podía conseguir lo faltante. Entré a más de cinco tiendas de bebé buscando los biberones especiales que Naomi quería para Dawson. Al final, cuando creí que tendría que quitarle la marca y timbrarlo para engañarla, encontraron algunos en el almacén. Una vez que esa parte estaba lista, subí las compras a la camioneta y entré a comprar los víveres en la otra área.
Llené todo un carro de compras con los paquetes de leches, comidas nutritivas, algunos vegetales y una generosa porción de golosinas para mí. Sabía que tendría que esconderlas en el auto para que Naomi no fuera tentada a comerlas, pero n podría vivir sin ellas hasta que la pediatra lo autorizara. Mientras eso sucedía, yo tendría que comerlos escondido en el garaje y cepillarme los dientes los veces antes de besarla.
Mientras buscaba los cereales para el desayuno, sentí el teléfono vibrar en el bolsillo de mi chaqueta. Detuve el carro y hurgué hasta extraerlo. El número que marcaba no era reconocido como uno de mis contactos, lo que me hizo fruncir un poco el ceño. Estaba fuera del trabajo por una semana, así que cualquier asunto concerniente a eso sería puesto en el primer piso, mientras mis amores disfrutarían del pent-house.
De igual forma y para que no molestaran más, atendí.
—Steven.
—¿Qué tal, Steven? Habla Andrew.
Solté un suspiro y cerré los ojos. Lo que menos necesitaba en ese momento era la intromisión de Andrew en mi vida. Ezra me había contado lo sucedido con él en el rodeo inaugural de Keith, y lo tramposos que eran para mantener su imperio activo. Por mi parte, no pensaba hablar nada con él, pero sentía curiosidad de saber por qué carajos me llamaba a mí teléfono, y cómo demonios lo había conseguido.
—¿Cómo conseguiste mi teléfono? —pregunté al apretar el carro.
—Tengo contactos muy buenos. Pero no te estoy llamando para hablar sobre mis excelentes contactos. Quiero que nos reunamos para hablar de negocios, Solo tú y yo, como en los viejos tiempos, sin ese vaquero entrometido.
—Ese vaquero entrometido como tú lo llamas, es mi socio —defendí por lo que trabajamos tan duro años atrás—. Y todo lo que tenga que ver con la compañía, será tratado con ambos, no nada más conmigo. ¿Te quedó claro?
Andrew siempre tuvo problemas con Ezra, desde que éramos amigos, pero todo aumentó al convertirse en mi socio y rechazar la unión de Andrew. Él pensó que no valía tanto como Ezra y por esa razón lo dejaba de lado, cuando el verdadero motivo que me condujo a pensar en Ezra antes de él, fue que Ezra siempre fue mi amigo, y Andrew me daba una mala impresión, y al Ezra comentarme lo visto, lo certifiqué.
A Andrew no le importaba el trabajo. Lo suyo era ganar sin necesidad de esforzarse o sudarse tal como el resto de las personas. Su padre le había dejado el imperio para que lo manejara de forma hábil y él solo consiguió el desprecio de todas las personas que su padre se ganó en todos esos años de trabajo. Era injusto que de pronto quisiera convertirse en el rey de lo mal habido, aun sabiendo que se lo llevaría el Diablo.
—No entiendo cómo preferiste a ese bruto que a mí —articuló con notable ira en su voz—. Ezra Wilde no sabe manejar una compañía como esta. Tú y yo habríamos hecho historia, Steven, y en lugar de eso te conformas con las migajas que él te consigue. ¿Cuándo dejaste de ser ambicioso y te convertiste en eso que eres ahora?
—Me convertí en esto, cuando tú comenzaste a estafar a las personas para hacerlos ganar —refuté entre dientes—. ¿Crees que no me enteré lo que sucedió en Gresham? Bajaste de puesto a mí vaquero, para colocar uno tuyo que no sirve de nada. Dime, Andrew, ¿eso es lo que tú defiendes?, ¿eso es lo que llamas justicia?
Permaneció en silencio algunos minutos, hasta que las palabras brotaron de nuevo.
—Nunca he sido justo, y lo sabes. Siempre he querido todo de una forma sencilla, sin sudar o trabajar, y el dinero me lo están dando —aseguró, como si se tratase de algo sin importancia—. Tú me despreciaste, así que busqué surgir como mejor podía.
—¿Así la culpa es mía por ser quien eres ahora?
—En parte. —Soltó un suspiro y masticó algo duro antes de continuar—. Igual no te llamo para recordarte nuestro pasado. Conseguí tú número porque quiero proponerte un trato que nos hará a todos ganar, y dejaremos de pelear por los vaqueros.
—No puedo esperar para oírlo —pronuncié en forma sarcástica.
Ningún trato que Andrew me ofreciera haría que dejara de estar del lado de Ezra. Era el mejor reclutador que teníamos, al ser un antiguo vaquero que no logró nada, y su historia hacía que las personas se sintieran mejor consigo mismas y aceptaran nuestras ofertas de trabajo. Era como si lo usara para mi beneficio, pero podía jurar sobre la Biblia que no era así, y de hecho varias veces le comenté que deseaba ser como él.
Por eso no podía aceptar nada que viniera de la mano de Andrew, así el trato fuera algo tan colosal como obsequiarme todos sus vaqueros, romper los contratos y transferirme a sus chicos de calidad. Pero como sabía que eso jamás sucedería, no imaginé nada más que no fuera una aleación de compañías por el bien de ambos.
—Unámonos —reveló algo que imaginé desde un principio—. Ambos tenemos buenos reclutadores, y aunque me asquee admitirlo, Ezra Wilde tiene su encanto con los vaqueros y logra convencerlos a todos para que se unan a su compañía. ¡Imagina las grandes cosas que logaríamos juntos! Seríamos indetenibles por el resto.
Debía admitir que el hombre tenía una lírica que convencía a cualquiera, pero ya no funcionaba conmigo. Funcionó cuando su padre me reclutó y casi morí en un rodeo oficial. Nunca le perdonaría a su padre deshacerse de mí cuando eso ocurrió. Yo quería volver a competir, pero él me lo impidió; contactó a todo el mundo y me cerró las puertas. Y de haber sido otro hombre, todavía me estuviera vengando de esa familia.
—No quiero nada que tenga que ver contigo. ¿Hasta cuándo te lo digo?
—¿Es porque aún no perdonas a mi padre?
—Es por todo —afirmé determinado—. El que me hayan dejado como un perro moribundo en el hospital, que me cerraran las puertas de todo, que me lanzaran a la calle como un desgraciado, y que ahora tú seas un criminal de cuello blanco.
Saqué aquello que quemaba mi lengua cada vez que Andrew me decía que debíamos unirnos y fusionar las compañías, como si el pasado ni importaba. Yo entendía que las heridas con el tiempo debían cerrar y las personas debíamos aprender a perdonar los errores de los demás, pero en mi corazón no había espacio para que Andrew entrara y acabara con aquello que tanto nos costó mantener a flote a Ezra y a mí.
Eso sin mencionar que era injusto darle la espalda al hombre que colocó su vida y futuro en mis manos. Además, lo había engañado por más de ocho años con la mujer que era su esposa, como para también engañarlo con su trabajo. Ezra hacía todo al pie de la letra, conseguía los vaqueros y no tenía miedo a arriesgarse con cosas nuevas, razón por la cual habría sido incapaz de cambiarlo por un modelo defectuoso.
Era entendible que Andrew tomaría mis palabras como una espada de doble filo y las usaría en mi contra si en algún momento llegaba a necesitar su ayuda. Solo esperaba que ese momento nunca llegara, o tendría que arrastrarme y lamerle las botas para conseguir algo que quisiera. Y quizá fue eso lo que derrumbó todo lo que tenía: no hacer lo que él demandaba cuando lo demandaba. Desobedecí una orden y sufrí por ello.
—Quiero que te quede algo claro, Steven —emitió—. O es conmigo, o en mi contra.
Eso debió asustarme, pero con peores personas había tratado en los últimos años, como para sentirme amenazado por un hombre que dependía en su totalidad del dinero de su padre y las acciones que su madre le había dejado en vida. Si por Andrew hubiese sido, nada del imperio de su padre existiría, porque él solo estaba pendiente del dinero fácil y de todo lo que lavaba con la sangre de los inocentes.
Apreté el tubo del carrito y moví la mandíbula.
—Llevo años en tu contra —apunté sin temor.
—Ay, muchachito. No sabes con quien estás jugando.
—Y tú no sabes de lo que soy capaz —concluí antes de colgar.
Y Dios Santo, lo que sucedió después de eso casi me quitó la vida.
No pensé que Andrea tuviese las agallas de acabar con lo único que me importaba en ese mundo material bajo el cual vivíamos. Me lastimó en el corazón, acabó con mis esperanzas y casi destruye a una personita que llevaba mi sangre corriendo por su pequeño cuerpo. Intenté ser valiente en ese instante de debate, pero cuando la sangre corrió entre mis dedos y una explosión retumbó en mis oídos, todo coraje desapareció.

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Sólo voy a decir que tengo un muy mal presentimiento sobre esto.

¡No puedes hacerme esto, Aime! (TnT)

¿No puedo hacer qué?
Yo soy inocente de todo lo que se me acuse.

Bueno, ¿por dónde empezar?

1- Me enterneció el cambio de Steven, peeero no creo del todo en él. Pues como dice el dicho muy venezolano "muchacho no amarra hombre" y "el que lo hace una vez, lo hace dos, tres y hasta cuatro veces. Eso de que ya dejó sus andanzas no me convence, no no no señor. Pa' desconfiada yo señor.

2- ¿8 jodidos años de infidelidad? ¡No Dios mío! HIPÓCRITA, digas lo que digas. Eres un hipócrita, traicionaste de igual forma a tu amigo en el mismo instante que te metiste con su mujer. No me vengas con tu carita de " yo no fui" y a decir que no le quieres traicionar con Andrew, cuando ya hace muchos años lo hiciste.

3- Lamento mucho la explosión y tengo una leve sospecha de quién está detrás de todo esto, sin dudas estoy en un 96% de probabilidades sobre cierta persona trastornada en la historia aparte de Leonard.

4- Admito que desde que salió por las compras pensé que se encontraría a Skyler y esto sería tipo, "Allí estaba ella, la mujer que alteraba todo mi sistema. Tan bella y esplendida como siempre, tan prohibida para mí."

5- Y que te quede claro, que me haya enternecido tu "nueva" vida (vamos a ver cuanto dura esa fulana vida) no quiere decir que ya me agrades, para mí ERES UN JODIDO HIPÓCRITA, MENTIROSO, MOTOLITO, HECHO EL BOBO, CARA DE SAPO, ESTÚPIDO Y UN TRAIDOR DE PRIMERA.

P.S. Te adoro Aime, actualiza pronto. Siento descargar mi rabia, pero esa basura se la merece. Me ha encantado el capítulo 💜

Por la virgen de la papaya.
¡Santo Jesús! Como decimos aquí: si así llueve, que no escampe.

Muy triste saber que lleva engañando ocho años al que consideras tu amigo, donde esta la supuesta amistad a el le dice que lo aprecia mientras se le come a la mujer maldita vagabunda esa Skyler cada día la odio más. También creo que si amara a la mujer no la engañaría, pero bueno definitivamente es un hombre sin moral ni escrúpulos. Ojala en la explosión no muera Naomi o mejor que muera porque así se evita el dolor de saber que el hombre a quien le entrego su corazón es una basura. Amen.

Si no existe el karma, la venganza de andrew hara que pague todos esos años de mentiras, que culpa tienen ezra o naomi de cruzarse con ser tan despreciables como estos dos y habese enamorado, no le deseo ni a mi peor enemigo tan cosa?
-Pienso que si naomi muere en esa explosion sin saber la verdad es mucho mejor.
-el bebe... Oh dios 😫😥 no tiene culpa de nada, por favor no lo mates 💔
-Ezra, enterate rapido de la verdad 😡

Esta bien que trate de cambiar Steve pero eso no quita que sea un traidor con su mejor amigo porque lo que le hicieron a Ezra él y Skyler no se perdona y de la explosión fue max el que mando a Andrew a hacerlo para joder a Ezra. y que mal que no sea sincero con su esposa también es un hipócrita

8años...como dicd que es su amigo si lo engaño por 8 años...y el ni se dio por enterado...como dicen que los ultimos en darse cuenta son los cornudos 😯

Una mano no lava la otra, x más q crea q su lealtad a Ezra en el plano laboral lo redima, además Steven no puede creer q su traición no tendrá castigo, y x las últimas líneas, el pobre bb casi paga las consecuencias, él y alguien q aún desconocemos. Skyler quizás? Mmm

¡@aimeyajure! Muy bueno el contenido, sigue asi!

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Esto se esta prendiendo!!!!🙊🙊🙊🙊

Bueno este hombre cada vez me sorprende más, habla de no traicionar a su amigo en los negocios pero si puede andar con su mujer y Skiler es una zorra de primera. Ocho años de infidelidad.
Ahora sí este es el Andrew q habló con Leonard también es el mismo q trabaja para el sicópata de Max. Santo Dios, me da miedo lo q pueda pasarle a Naomi y al bebé 😞

Estoy emocionada solo deseo que todo vaya bien para Andrea y Erza y que todo vaya callendo por su propio peso 🤗

Lo engaña con su mujer y todavía lo considera amigo

No sé que pensar de Steven. Lo engaña con la mujer por 8 años pero no lo quiere traicionar en el trabajo? Mmmm...la explosión todo planeado por Leonard? Max? La va a pagar la pobre Naomi y espero que no el bebé. Ojalá Ezra no siga inocente a todo!!!