Una muy breve meditación que diseñé para calmar mi propia ansiedad. Para que comiencen la semana de la mejor forma!

Cada una de mis meditaciones comienza con una intro, donde cuento lo que significa para mi este tema en particular. Si quieren ir al texto de la inducción directamente, pueden ir directamente al subtitulo "Medtación".

Intro

Dijo Nietzsche "quien quiera aprender alguna vez a volar tiene que aprender primero a tenerse en pie y a caminar y a correr y a trepar y a bailar: – ¡el volar no se aprende en pleno vuelo!"

Siempre me costó hacer ejercicio. Perdí la cuenta de las veces que me anoté en un gimnasio o grupo de trote solo para abandonar luego de dos o tres clases. Hasta que entendí lo que me pasaba. Necesitaba crear un micro hábito antes de intentar generar uno mayor. Primero caminar, después correr, luego volar.

Así que, literalmente, salí a caminar.

El mínimo posible. Cuatro cuadras. Una vuelta a la manzana. Cuatrocientos metros. Nada. Pero lo hice. Ese día y el siguiente. Cuatro cuadras se volvieron ocho. Y diez, y veinte. Un pie después de otro, ese era y es el único objetivo. Caminar una cuadra es meditar un minuto. Veamos cómo.

Meditación

Caminar. Estás fuera, el aire huele a fresco, a pasto y a pino. Estás listo para caminar, curioso por saber cómo va a responder tu cuerpo al reencontrarse con el ejercicio. Un paso. Todo comienza con un paso.

Comenzás a caminar, tus pies van solos, este movimiento es algo muy conocido por vos.

Tu vista está al frente, ves el camino que se extiende adelante. Es tuyo y ya lo estás recorriendo.

Recordás que lo importante es el camino, y no el lugar de llegada. Es el camino, y es verde, te llena los ojos de colores, mientras das un paso después de otro.

Estás pensando exactamente en esto, en lo refrescante que es pensar solo en un paso después de otro.

Todo comienza con un paso, un paso conocido y confiado, que te invita a cerrar los ojos y tomar aire profundamente, por la nariz. El aroma a parque te invade, mientras exhalás lentamente.

Abrís nuevamente los ojos, y ya estás mucho más avanzado. Sentís que cuanto más disfrutás del ahora, de tu camino, te sentís mejor.

Respirás mientras permitís que una sensación de relajación afloje tus músculos tensos, y capture tu atención plena.