La historia de los narco-satánicos

Adolfo de Jesús Constanzo nació el 1 de noviembre de 1962 en Miami, estado de Florida, Estados Unidos. Hijo de una inmigrante cubana, prácticamente desde que nació sería iniciado en una religión africana conocida como Palo Mayombe, culto que sería desarrollado por esclavos africanos llevados a Cuba.

Constanzo fundaría un culto llamado "los narco-satánicos", donde participarían personas potentemenete adineradas. El grupo tendría como finalidad el tráfico de drogas y los sacrificios humanos para "fortalecer" a sus integrantes. Para 1984, el culto contaría con grandes narcotraficantes, músicos populares e incluso oficiales de policía. El culto sería establecido en la región fronteriza de Matamoros, con el motivo de facilitar el transporte de los narcóticos al país vecino.

Sería a raíz de la desaparición de un turista americano llamado Mark Kilroy donde la policía empezaría a indagar sobre este culto, hasta entonces subrepticio.

Por accidente, dieron con la secta de los narco-satánicos y luego descubrirían, no solo que estaban detrás del asesinato de Kilroy, sino de otros acontencimientos grotescos.

Adolfo convenció a muchas personas de que para ser invulnerables (o invisibles) debían consumir una especie de caldero mágico conocido como nganga. Para su preparación, eran necesarias mezclas con sangre, cerebros y otros partes de seres humanos previamente torturados. La tortura era un elemento fundamental, ya que de esa forma, el alma asesinada estaría subordinada ante el "verdugo".

En la choza donde se refugiaban los narco-satánicos, se encontraron aproximadamente 15 cadáveres, la gran mayoría desmembrados y con claras heridas de ensañamiento en sus cuerpos. Lograron detener a algunos miembros de la secta, que revelaron además la existencias de otros núcleos de la misma por todo México. Para la búsqueda, fueron desplegados más de 300 policías a nivel nacional.

Se encontraría a Constanzo con sus adeptos más cercanos en una casa bastante lujosa en la Ciudad de México. Nunca pudo ser capturado ya que le pidió a uno de sus pupilos que lo asesinara antes de que llegara la policía; sin embargo, se pudo atrapar a tres de ellos, incluida su amante: Sara Aldrete.

Aldrete confirmaría en un principio que todo lo realizado sería a petición de su "padrino" Adolfo Constanzo, para tiempo después afirmar que ella solo fue una víctima de las locuras que se le ocurrieron a su pareja.

En la actualidad, Sara Aldrete paga una sentencia de 50 años de cárcel, solo serían confirmadas las 15 muertes encontradas en el primer "escondite" del culto, pero se cree que el número de víctimas puede triplicar la cantidad oficial.

NOTA: el artículo es de mi autoria, aunque fue publicado previamente aquí.