¿Alguna vez te has empeñado en conseguir una meta fantasiosa o, digamos, irreal? ¿Has imaginado escenarios que difícilmente sucederían? ¿Sabes discernir correctamente entre la realidad y la fantasía en tu vida?...

Esperemos que en la última pregunta, tu respuesta haya sido afirmativa, porque lo que nosotros conozcamos o interpretemos sobre la realidad y la fantasía , se verá reflejado en nuestra cotidianidad, y más vale que nuestro sentido de coherencia/congruencia, esté calibrado.

La fantasía desligada de la razón, sólo creará monstruos mentales, obstaculizará nuestro crecimiento y nos desarraigará de la realidad; pero unida a ella, podemos soñar, desear e imaginar grandes cosas para nuestras vidas.

La idea es convertir nuestros sueños en realidades, alcanzar nuestras metas y vivir una realidad basada en hechos tangibles. Ahora, ¿Cómo lo logramos?

Habría que despojarnos de cualquier ilusión

La ilusión es nuestra percepción errónea ante estímulos externos reales, ésto ligado a un estado emocional intenso nos provocará una visión borrosa de la realidad y con ella, problemas para asumirla.

Cuando nos proponemos una meta, debemos tratar que ésta sea lo más sensata posible, para así cometer la menor cantidad de errores o equivocaciones.

Tenemos que estar seguros de lo que vemos y hacemos, no podemos dar lugar al engaño en nuestras mentes.

Mientras menos ilusiones alimentemos, más cerca estaremos de conseguir lo que deseamos. Hay que explotar las burbujas que encierran y limitan nuestros sueños.

Definir de manera correcta nuestro concepto de Felicidad

La felicidad es la satisfacción personal que siente una persona al haber alcanzado o logrado algo, va de la mano con el éxito.

Los individuos que tienen un alto estado de felicidad, miran su entorno de manera positiva y se sienten motivadas a ir por más. Ahora, el problema entra cuando una persona con exceso de sueños mágicos no consigue lo que desea, con el tiempo, fracaso tras fracaso, ésta tiende a sentirse afligida y deprimida.

Las personas tienen que estar conscientes de que a veces pueden luchar por algo y no conseguirlo, y eso no está mal, es parte de nuestro aprendizaje y crecimiento.

Me gusta mucho lo que exclama la Ley de Murphy:

«Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal»

Si no queremos que nuestros planes se vengan abajo repentinamente, sino de alguna forma, convertir nuestras aspiraciones en realidades, lo mejor es que nos preocupemos y ocupemos por ser proactivos, realistas y firmes en cuanto a nuestros sueños y decisiones. Evaluar nuestros procedimientos desde todos los ángulos, recibir críticas constructivas, y si nos caemos, volver a levantarnos. ¿Eso hace una persona exitosa, no?

Estar felices todo el tiempo es casi imposible, siempre habrán agentes externos que nos hagan variar de emoción, es decir, la felicidad no es un estado permanente y lo más sano es asumir el cambio con total tranquilidad y aceptación. En algunos casos, las cosas realmente no saldrán como esperamos...

Aceptar el fracaso

Aceptar el fracaso y aprender de él es un paso muy importante, sobre todo para aquellas personas que se proponen metas llenas de ilusión e irrealismo, sin contar con las capacidades necesarias para lograrlo.
No es un secreto saber que los seres humanos no comparten entre ellos los mismos talentos y pasiones, dos factores claves para conseguir el éxito.

La constancia, el trabajo y la perseverancia son valores imprescindibles al momento de querer alcanzar un objetivo.

No todos pueden ser el presidente de E.E.U.U.
No todos pueden ser dueños de un restaurante.
No todos pueden ser Bob Dyland.
No todos pueden ganarse la lotería.
No todos pueden ser Messi.
No todos pueden ser Albert Einstein.
Y no deben afligirse por eso...

Cada individuo es un mundo, cada ser persigue una felicidad propia, y si quieres vencer lo mejor es que aprendas a padecer.

Aceptar estas cosas nos permitirán continuar nuestro camino, crecer, y en un futuro tener la oportunidad de dejar una huella única.

Eso sí, hay que dejar muy en claro que nada es imposible, que nuestra forma de vivir dependerá de la cultura y pensamiento que conozcamos y apliquemos en nuestro día a día. En esta vida sólo se da por vencido, quien quiere hacerlo.

Ahora, si ya tienes tus metas trazadas en base a la realidad

El camino será más fácil.
Lo que tienes que hacer es:

• Quebrar ésta misma en partes, (metas o productos a cortos y largos plazos).
• Aplícale la energía necesaria.
• Intenta estimular tu motivación por la misma a diario.
• Crea un hábito de trabajo.
• Busca alcanzar tus prometidos de la manera más didáctica y agradable posible.
• Toma descansos.
• Lleva tu registro de pequeños logros.
• Examina las posibilidades que te puedan llevar al fracaso, para hacer modificaciones de ser necesario.
• Agárrale amor a lo que haces, para que tengas una buena actitud ante la misma.

Y finalmente, tras haber alcanzado el cometido ¡Prémiate por ello!

“Si el hombre fuese constante, sería perfecto” -William Shakespeare

Espero les haya gustado este post, déjame tu comentario para saberlo. Saludos Stemeers!

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