Un miedo latente - El individuo y el fracaso

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El fracaso, un término que nos atemoriza, son muy pocas la películas o historias que nos muestran cómo fracasa su protagonista, la mayoría de las veces nos gusta consumir esas historias que nos venden la idea de que sí tenemos muchos fracasos nos corresponde como por obra de magia llegar al éxito, pero como siempre la realidad es bastante diferente de aquello que quisiéramos que fuese. A veces es inevitable la búsqueda de placeres, de una sonrisa interminable, de un romanticismo sin límites, a través de esas historias que nos hacen sentir bien, que nos hacen creer que el fracaso es solo un paso más para alcanzar el éxito.

Se comete el error de creer que la realidad entera es de una forma en específico, tan solo por tener en cuenta algunos casos excepcionales, por ejemplo, casos donde ciertos sujetos dicen que a pesar de haber fracasado muchas veces finalmente lograron alcanzar el éxito, y al conocer estas historias solemos ignorar que existieron otros cientos de miles de sujetos que fracasaron, y no fracasaron por no haberse esforzado lo suficiente, sino por lo compleja que llega a ser la realidad.

Antes que todo, tenemos que tener en cuenta que existe el fracaso total , ideas y proyectos que no llegarán a funcionar, porque hay cosas son prácticamente imposibles, ideas que están muy alejadas de la realidad, y negocios que nunca funcionarán, por lo que debemos tener en mente que el fracaso suele ser estar allí incluso antes de comenzar.

¿Qué es exactamente el fracaso?

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Ciertamente puedes recurrir a una definición rápida del fracaso, pero ya que sabemos lo compleja que es la telaraña social, deberíamos pensar que el fracaso contiene un tanto más de complejidad en comparación a una definición corta de diccionario.

El fracaso, es un término que cambia dependiendo del tiempo y sociedad, por ejemplo, en una sociedad medieval en Europa, una persona pobre sería considerada exitosa debido a su seguimiento de la moral cristiana, haciendo que el objetivo final fuera llegar al paraíso, dejando de lado el concepto de éxito que manejamos hoy en día, uno que va directamente relacionado con el adquirir la mayor cantidad y variedad de estímulos posibles, y ser reconocido en todo tipo de círculos sociales.

Por otro lado, la definición más cercana de éxito para los estoicos greco-romanos se trataba de una vida de autocontrol, donde las riquezas significaban un obstáculo para la virtud.

La visión actual del éxito se trata sobre la competitividad, un juego en el que debes ser el ganador. Para gran parte de la sociedad occidental, el fracaso son aquellas cosas que no le permitan al individuo vivir "la buena vida, un concepto de éxito que surge del bombardeo constante de las grandes maquinarias publicitarias, donde el fracaso no es ser pobre, el fracaso es el no poder consumir más, todas esas formas adornadas de la vida que terminan influyendo de algún modo a los individuos, diciéndole a los individuos cómo deben ser. El individuo que no logre tener ciertas experiencias, objetos y estímulos será un fracasado, alguien que será etiquetado como un ser de menor importancia que los demás.

Las cosas no siempre fueron así, pero desde la revolución industrial se empezó una campaña para hacer del trabajador un ser nada deseado, todo esto evolucionó a la idea de la dignidad humana y la idea del trabajo, ya que luego la palabra trabajador no sería una palabra para los obreros, sino que también lo era para los individuos pertenecientes a la élite industrial que levantaría la infraestructura de Norte América, el dinero se convirtió en el foco central de la idea de labor y deber.

Pero no todo quedó allí, ya que dicha idea evolucionó una vez más, hacia una economía en donde la producción no es lo más importante, sino el consumo de bienes, el cual se convirtió en el valor social del individuo. No se trata de poseer grandes cantidades de dinero, sino de poseer cada novedad, un mundo en donde todo está a la venta, en donde el individuo que tiene lo más exclusivo se convierte en parte de un nivel distinto de estatus, así que aquel que no tiene capacidad de consumir se convierte en un fracasado para la sociedad. Nadie quiere quedarse atrás, hay que intentar llegar a la cima a como dé lugar, ya que la carrera al éxito es impulsada por ese profundo miedo al fracaso.

Un manipulado concepto de la estabilidad

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La estabilidad también es considerada como fracaso, un fracaso llamado "Mediocridad". Una sociedad en donde aquel individuo que no desee más de lo que ya tiene es considerado un fracasado, a pesar de que éste individuo encuentre estabilidad y tranquilidad en dicho estado, porque lo importante no es qué tan bueno pueda ser, sino cuán insatisfecho te sientas.

A diferencia de la antigua Grecia, en donde un individuo mediocre era una persona considerada como balanceada, una persona que no quería mucho, y quería poco, siendo éste el punto medio. Sin embargo, en el punto en el que estamos, el individuo debe luchar por tener lo mejor, el premio gordo, y de no ser así será un fracasado no solo para la sociedad, sino para sí mismo.

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El fracaso y la salud

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Son crecientes las afecciones sociales y psicológicas causadas por aquello que las personas consideran como fracaso, una de ellas es la depresión, una afección psicológica que para ser afrontada demanda al individuo a cuestionarse antes de tomar cualquier otra acción ¿Cuál éxito persigue? Su objetivo podría ser tener riquezas sin igual o llegar ser históricamente recordado, pero de esa forma podrá saber que no está actuando por miedo a ser un fracasado, sino por aquello que ha definido como éxito. A pesar de esto, también existe el miedo al éxito, donde las posibilidades surgidas de la conquista de aquello que se busca también son atemorizantes para el individuo, que aún sabiendo que es capaz, no comprende o teme a todo consecuencia venida con la victoria.

Esto pudiera llegar a ocurrir por depresión, baja autoestima, por la aversión a la responsabilidad u otras condiciones, como una visión distorsionada de la realidad.

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¿Qué hacer al respecto?

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Existen recomendaciones básicas para que el individuo pueda afrontar el mundo en su búsqueda de un objetivo.

Analiza tus expectativas: Debes detenerte a analizar tus expectativas, para saber si son reales, posibles o imposibles, de esta forma podrás evitar decepciones venidas por no haber tomado en cuenta este punto.

Planeación gradual: Divide toda gran acción en pasos, conviértelos en muy pequeños pasos, así podrás adentrarte en ellos con más facilidad.

¿Qué controlas y qué no?: Enfócate en adaptarte a todo aquello que no controlas, y en controlar de forma adecuada lo que sí.

Adquiere más conocimientos: Educarse hará las cosas más sencillas, considera todo conocimiento dentro y fuera de las instituciones educativas. La experiencia fuera de la escuela, y los conocimientos impartidos en ella son valiosos y te serán de ayuda todo el tiempo.

No deseches el miedo solo porque muchos discursos te vendan la idea de que todo es posible, no todo es posible, y debes tener en cuenta de que todo conlleva riesgos, y si no estás dispuesto a asumir dichos riesgos entonces lo mejor será que no lo intentes o terminarás muy arrepentido. ¡Hasta la próxima!