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Los seres vivos, sobre el planeta tierra, presentan una diversidad maravillosa.

Dentro de esa diversidad, destacan los vegetales, cuyo rol de seres productores o autotróficos, los eleva a una importancia fundamental, para el resto de los seres vivos.

Los vegetales, además de producir alimentos, realizan un recambio gaseoso fundamental para los seres vivos.

Desde tiempos remotos, el hombre ha tratado de aprovechar el recurso propuesto por los vegetales.

En tal sentido, no solo se ha beneficiado de su rol de recolector, sino que ha sido capaz, gracias a su ingenio, de aprender a cultivar la tierra, para producir cosechas vegetales de diversa índole.

A medida que avanzamos en el tiempo, observamos la inventiva de la humanidad, para desarrollar la agricultura.

Esto pasa por modificar y adaptar el suelo para los diversos cultivos.

De manera paulatina, fue mejorando la calidad de las semillas.

Plántula de aguacate, recién injertada.

Igualmente, controló el suministro de agua, con fines de regadío, de modo que se hace posible cultivar durante todo el año.

Canal de riego, en el estado Barinas.

La carencia de agua convierte en infértiles a los mejores suelos.

Suelo típico de las zonas xerófitas, carentes de fuentes de agua.

La necesidad de los nutrientes presentes en el suelo (NPK), se resolvió de manera diversa.

Se escogieron suelos con un perfil apropiado para cada cultivo, a través del estudio de los componentes químicos presentes en las muestras tomadas de esos suelos.

Para ello se valió de equipos de avanzada, que establecen la granulometría y la presencia de nitrógeno, fósforo, potasio y oligoelementos, requeridos por los vegetales.

Así, se puede dedicar un terreno a un cultivo específico.

Cultivo de caraotas negras, en las sabanas de Anzoátegui, Municipio Morán, Edo. Lara.

En el estado Lara, en Venezuela, encontramos ejemplos dignos de presentación, a este respecto.

Los cultivos vegetales, de carácter extensivo, que han despertado el interés económico de los agro-empresarios larenses, buscan proveer seguridad alimentaria al pueblo, así como generar una rentabilidad económica suficiente, para que sea sostenible.

Destaca el cultivo de la lechosa, sobre todo, en las zonas bajas del municipio Urdaneta.

Las plantas jóvenes se siembran sobre un acolchado plástico, que impide la proliferación de las malezas.

Plantas jóvenes de lechosa maradól, sembradas sobre un suelo protegido por acolchado plástico.

Las plantas jóvenes también se pueden sembrar, directamente sobre la tierra.

Este cultivo es posible producirlo en esta zona, porque el suelo es apropiado para tal fin.

Si Ud. sembrara cambures o piñas, lograría cultivarlos, pero el rendimiento no sería productivo y perdería interés económico.

En las tierras bajas de la parroquia Aguedo Felipe Alvarado, municipio Iribarren, del Edo. Lara, así como en Quíbor, municipio Jiménez, es común ver las siembras de rubros como el ají, pimentón y cebollas.

Sembradío de ají, sector Las Mulas, en el municipio Iribarren, Edo. Lara.

En el caso del pimentón, durante el año 2016, un 40% de la siembra y producción de esta hortaliza en el país, se realizó en el Edo. Lara.
Esto se traduce en unas 30000 toneladas por año.
Hoy, no se consiguen estadísticas actualizadas, al respecto.

Los suelos apropiados para este rubro vegetal se caracterizan por ser fértiles, de granos livianos y sueltos, ricos en nutrientes.
Como Uds. saben, estas zonas se caracterizan por su carencia de agua.
Por eso, los agro-empresarios larenses deben hacer excavaciones de pozos, de más de cien metros de profundidad, con el fin de buscar agua en las capas freáticas del suelo.
Por supuesto, es una gran inversión en dinero, que debe ser recuperado con la venta de las cosechas subsecuentes.

El agua extraída es depositada en lagunas.

Se deben establecer eficientes sistemas de riego, para dar el mejor uso al agua.

Esto permite lograr las cosechas más productivas.

En el estado Lara es muy importante el cultivo de las piñas.

Este es un cultivo de mucho interés económico, basado en su alta rentabilidad.

Lara es el primer productor de piña en Venezuela, con una superficie de 16870 hectáreas sembradas y una producción de más de 500000 toneladas de piña, al año.

Destaca la parroquia Aguedo Felipe Alvarado, del municipio Iribarren.

Es conveniente resaltar, que las plantaciones de piña no utilizan agua, a través de sistemas de regadío.

El suelo es llevado a un desgaste total.

En el estado Lara, el cultivo del café también tiene mucho interés económico.

Este es un cultivo tradicional y en algunos casos, se ha llevado a niveles extensivos, con uso de tecnología de avanzada.

La producción de café en el Edo. Lara, para el año 2017 era de 890 mil quintales, producidos en unas 183 mil hectáreas de este rubro, lo que lo convierte en el primer productor del país.

Destacan, la parroquia Juárez, del municipio Iribarren y los municipios Morán y Andrés Eloy Blanco.

Generalmente, el café es cultivado por gente campesina, nacidos y criados en las zonas productoras.

Mi amiga Arminda, en su cocina. Al fondo, su plantación de café.

El cultivo del café es muy importante, por su potencial de preservación de las fuentes de agua, a través de la reforestación permanente de la montaña.

Hace unos veinte años, el café era un cultivo que generaba divisas.
Hoy en día, el cultivo de café está muy deprimido, como consecuencia de la actividad importadora del grano, en pergamino, desde Nicaragua, El Salvador o Brasil, entre otros países.

En el Edo. Lara, en Venezuela, existen otros cultivos de interés económico, como el melón o el pepino, ubicados casi todos en el municipio Urdaneta, o el cultivo del cebollín, calabacín y la papa, en el municipio Andrés Eloy Blanco, de los cuales estaremos hablando en futuras publicaciones.

Lo que sí debe quedar claro, es que el Edo. Lara es un polo de desarrollo agrícola, en la Venezuela del siglo XXI.

Ali Riera

Todas las fotos son propiedad del autor y fueron tomadas con un teléfono iPhone5c.