¿Qué sucede si le hablo mal a mi hijo de su padre?

Uno no enseña lo que dice. Ni siquiera enseña lo que hace. Solamente enseña lo que es. 

   Anónimo

¿Qué sucede si le hablo mal a mi hijo de su padre?

Antes de responder esta interrogante es de vital importancia tomar en cuenta que muchas parejas mantienen relaciones tormentosas sin llegar a separarse y que otra gran cantidad forma parte de familias disfuncionales, debido a que conforme pasan los años aumenta el número de divorcios y separaciones en la sociedad. Sea cual sea el caso, estas afectan el desarrollo y la estabilidad emocional de los hijos, sobre todo cuando no se dan de forma civilizada generando así resultados dolorosos e incluso traumáticos. 

Durante el divorcio o separación es deber de los padres mantener una buena comunicación con los hijos, dialogando con ellos para que comprendan la situación y aclaren sus dudas.

¿Qué sucede cuando los padres deciden separarse?

Los niños y jóvenes se sienten deprimidos y desorientados, ellos pensaban que el amor de sus padres duraría para siempre y ahora crecerán con el temor de que les ocurra lo mismo. Por más madura que sea la ruptura no les será fácil comprender el por qué ahora deben separarse de uno de los miembros de su familia. Los hijos son siempre los más perjudicados, en la mayoría de los casos se generan problemas emocionales y conductuales como lo son el mostrar actitudes de rebeldía, bajo rendimientos académico o cambios drásticos en su comportamiento. Esto se debe a que pasan a depender de las decisiones que tomen sus padres respecto a ellos, los cuales pocas veces mantienen una buena comunicación y llegan a acuerdos, y es que si esta hubiese existido, es probable que no se presentase la ruptura. 

Algunos padres desarrollan sentimientos de rabia, frustración y/o culpabilidad que hacen que cambien su comportamiento respecto a los hijos, pueden pasar a ser más permisivos, posesivos o sobreprotectores. En otros casos el miembro de la familia que debe marcharse del hogar, se aleja por completo olvidando incluso sus responsabilidades para con los hijos, o por el contrario se inicia una lucha que no será únicamente por bienes materiales. Luego de decidir quien se queda con los bienes e inmuebles, llega la decisión más difícil. ¿Con quién permanecerán los hijos? Los hijos sienten la presión de tener que elegir en caso de que no lo hagan sus padres o las autoridades. Son muy pocos los casos en los cuales se acuerda de forma pacífica y adecuada esta situación. Aunque de igual forma, ambos generan consecuencias negativas. 

Sucede entonces que los hijos pasan a tener dos hogares, uno donde se les impondrán normas, cumplimientos y responsabilidades, allí se les recordarán sus obligaciones como por ejemplo hacer las tareas escolares, lavar sus dientes, no excederse en las horas que emplean para jugar o ver televisión. Y otro que será casi seguramente un tiempo de ocio, el tiempo de recreación que traen consigo los fines de semana. 

Errores que suelen cometer los padres: 

• Competir por darles los mejores regalos o complacer sus caprichos para ganar su cariño o hacer que le prefieran. 
• Consentir conductas inadecuadas
•  Hablar mal el uno del otro, criticándole o desacreditándole 
• Culpar a los hijos de la ruptura 
• Manipular y chantajear a su ex, con el tema de dejarle o no compartir con sus hijos
• Negarles mantenerse en contacto
• Utilizar a los hijos para informarse de lo que hace su ex 
• Desahogar en los hijos sus sentimientos de tristeza o frustración
• divorciarse de los hijos al igual que se hizo con a pareja, alejándose de ellos.
• Evadir responsabilidades 

Las acciones que se toman dependerán del grado de madurez de los miembros de la expareja, entre los errores antes mencionados, destaca hablar mal del padre o madre de los hijos, el cual es el punto principal de este post. 

El aprendizaje se genera de la relación que mantiene el individuo con su entorno, los niños aprenden principalmente por la imitación, es así como descubren el mundo que los rodea. Teniendo en cuenta que nuestros hijos observan todo lo que hacemos, tanto nuestro comportamiento como actitudes, queda claro que somos sus principales modelos a seguir ya que copian nuestras conductas. 

Es adecuado mantener a los hijos alejados de las discusiones o peleas que se puedan presentar y que durante el tiempo que comparten, eviten hacer malos comentarios con el fin de dañar la imagen del otro. Los padres somos los modelos a seguir de nuestros hijos, somos su ejemplo y por ende la base sobre la cual ellos construyen su personalidad. Cuando dedicamos tiempo a mal poner al otro, estamos debilitando esa base y señalándoles así un modelo inadecuado. Para los hijos no es nada agradable escuchar comentarios negativos sobre sus padres, ya que para ellos estos son los mejores en el mundo. Con esta actitud se generan sentimientos de frustración, rabia y tristeza que crearán alejamiento. 

No se trata de mentir respecto al otro, basta con no maximizar aspectos negativos que afecten gravemente a los hijos. No hay que angustiarse, ellos son muy inteligentes y si algo no les parece adecuado se encargarán de reclamarlo y exigir que se mejore. 

Si hablas mal de tu ex, estarás afectando de forma negativa el desarrollo psicológico y emocional de tus hijos y puede que incluso tus malas intenciones se vuelquen y los pongas en tu propia contra.

 

Por los hijos, vale la pena hacer un esfuerzo e intentar llevar una buena comunicación, recordemos que ellos no son los responsables de los problemas que como adultos podamos tener.