Reseña del libro "Los niños Índigo" de Lee Carroll y Jan Tober

Reseña original @anypascual. El libro es de la autoría de Lee Carroll y Jan Tober, y todos los derechos están reservados. 

Los niños Índigo es uno de los grandes tesoros de mi biblioteca personal. Lo encontré en un mercadillo de libros segunda mano en una Feria Ecológica en Torre Pacheco.

(Imagen hecha con la cámara de mi teléfono móvil).

Este libro está escrito en 1999, en el final de la época de estos niños índigo. Está escrito, principalmente, para los padres de estos chicos y chicas, pero también para los educadores que tratan con ellos, ya que en el año de su publicación casi no había índigos adultos, y casi ninguno de los, por entonces, niños sabía de la existencia del libro.
En él, Lee Carroll y Jan Tober, los autores (con la generosa ayuda de una extensa lista de colaboradores, entre los que se cuentan psicólogos, educadores, orientadores, escritores, conferenciantes... Aunque también colaboran personas con una formación espiritual muy extensa, e incluso varios índigos dan su testimonio), nos explican qué son los niños índigo, por qué se les llaman así, qué los hace diferentes de los otros niños y cómo hay que tratarlos para que puedan mostrar todo su potencial al mundo.
Los índigos empezaron a venir masivamente en los años 70 (antes también había, pero eran excepciones) y disminuyeron su llegada en los años 90, para dejar paso a la siguiente generación (los llamados “niños Cristal”). Por lo tanto, el 99% de los niños índigo ya son adultos índigo.
¿Por qué un nombre como “niños índigo”? Básicamente por su aura (campo de luz que todos los seres vivos irradiamos alrededor nuestro, y que algunas personas somos capaces de ver), que tiene un color azul violáceo, o índigo (parecido al añil).
Los índigo tienen ciertas características poco comunes:

• Vienen a este mundo con un sentimiento de realeza (y frecuentemente se comportan como si fueran reyes o reinas).
• Tienen la sensación de "merecer estar aquí" y se sorprenden cuando otros no comparten esa misma sensación.
• La autoestima no es para las personas índigo un gran tema de preocupación (con frecuencia les dicen a los demás "quienes son ellos").
• Tienen dificultad en aceptar una autoridad absoluta (una autoridad sin ninguna explicación o sin más alternativas).
• Simplemente no hacen ciertas cosas (por ejemplo, esperar en una fila es muy difícil para cualquier índigo).
• Se frustran con sistemas que son como rituales y que no requieren de pensamientos creativos.
• Con frecuencia tienen mejores formas de hacer las cosas, lo que los hace ser como rebeldes, inconformes con cualquier sistema.
• Parecen muy antisociales a menos que se encuentren entre personas de su misma clase. Si no hay otros con el mismo nivel de consciencia, a menudo se tornan retraídos, sintiendo que ningún ser humano los entiende.
• No responden a la disciplina de "culpa”.
• Están bastante conectados con la parte espiritual de ellos mismos, así que normalmente tienen la intuición despierta, saben cosas sin saber cómo las saben, y pueden recordar cosas de antes de nacer o de otras vidas. Incluso, algunos pueden comunicarse sin palabras, por vía telepática.

Tienen bastantes más características únicas, pero esas son las básicas y principales.

Existen cuatro tipos conocidos de índigos: el humanista, el conceptual, el artista y el interdimensional.

¿Qué los hace diferentes a los otros niños/las otras personas? 

Pues muchas cosas, la verdad. Primero, creen en sí mismos con firmeza. Segundo, ellos no respetan a la gente mayor (o con más experiencia) que ellos porque sí. Si quieres su respeto, has de ganártelo. Tercero, la mayoría de ellos son tremendamente creativos, y no aceptan las normas sociales establecidas a menos que concuerden con su criterio (y con cómo ellos piensan que deben de ser las normas, las cosas y el mundo). Cuarto, procesan ciertas cosas y estímulos de forma bastante diferente al resto (un porcentaje alto de índigos son PAS, Personas Altamente Sensibles, aunque no todos) y son capaces de “leer” a las personas y captar sus intenciones. Quinto, con ellos, las órdenes no sirven. Sexto, ellos saben cuándo las personas de su entorno están “de cuerpo presente, pero de mente ausente” (más allá del indicio simple que es el ensimismamiento)... También, cuando son niños, demuestran una gran madurez, como si tuvieran una mente vieja y sabia que estuviera encerrada en un cuerpo infantil. Por eso, la mayoría se sentía (de niños y adolescentes) más a gusto entre adultos que con personas de su edad.

¿Cómo hay que tratarlos (si queremos que desarrollen todo su potencial)? 

Esto es de lo que trata una gran parte de Los niños Índigo. Todas las personas que colaboran en este libro están de acuerdo en, principalmente, una cosa (a modo de síntesis): Cuando son niños, con respeto y disciplina, poniéndolos al nivel de los adultos, pero con límites (y también están de acuerdo en que estos deben ser flexibles). Más de adultos (aunque en este libro en concreto no se trata mucho el tema, por los motivos que expliqué al principio), lo mejor es dejarles espacio, herramientas y libertad. Y brindarles las mayores facilidades posibles para que expresen quienes son y lo que han venido a hacer al mundo.

En conclusión, yo creo que este libro es de lectura obligada para todo el mundo (creo que todos deberíamos leer al menos dos capítulos: el primero “Qué es un niño índigo”, y el quinto “Mensajes de los índigo”).
Cualquiera que se reconozca en al menos 8 de las características de la lista superior debe leer completamente Los niños índigo, pues probablemente les resulte muy instructivo y esclarecedor.
Si tú no te has visto reflejado en los puntos de la lista, pero al leerlo pensaste en alguien de tu entorno o te parece que en tu familia puede haber alguien que encaje con la descripción, este es mi consejo: lee el libro y, después de terminarlo, ¡préstaselo a esa persona! Puede que realmente sea un o una índigo, o quizá no, pero seguro que le hará bien su lectura.