¡Tú lo sabes!

Sabes, que recorro un trecho
lleno de recuerdos felices;
que terminan mojando mi
alma de melancólica literatura.
Tú lo sabes, porque escuchas
como suplico a cada paisaje
que la devuelva, porque eres
testigo del reclamo que le hago
al eco para que no deje de devolver
su nombre.

¡Claro que tú lo sabes!

Conoces el brillo y miedo en mis ojos,
cuando bailo alrededor del abismo
cubierto de una espesa y blanca neblina;
que haría sudar frío a otros que no seas tú,
porque piensan que estoy estancada
en una idea criminal.

Conoces cada pensamiento
anidado en mi cabeza,
cada escondrijo de mi pecho,
sabes que me oculto en una sonrisa,
pero yo sé que tú sabes, que logras
verme y me haces aparecer nuevamente.

Imagen

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